El ‘Informe Bernat Soria’ no arroja ninguna conclusión nueva

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Tras una introducción, donde las alabanzas a la labor desarrollada Olga Viza durante la recogida de datos fue la nota más destacada, llegaron las razones que han motivado el naciento de este informe: conocer lo que piensa la sociedad de nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS) y que puede hacerse para mejorarlo en el futuro, emitiendo a su vez recomendaciones a la industria farmacéutica. De nuevo mucha expectación y ninguna solución concreta.

 

Y entonces le tocó el turno al el ex Ministro de Sanidad, entre otras cosas, Bernat Soria. El informe se presenta bajo su nombre, aunque su trabajo dentro de éste no queda demasiado claro. Soria ha desarrollado una extensa, aunque amena, intervención donde desgranó las principales conclusiones, conocidas otra parte de antemano. El paciente como principal agente del SNS,  la defensa a ultranza de la sanidad pública como patronio de todos los españoles y medidas que fomenten la prevención fueron las preras manifestaciones expuestas Soria que afirmó tajante: ‘España cura bien, pero previene mal’.

 

Tras descartar el copago, argumentando que en estos momentos hay temas muchos más tantes que solucionar y dudando de la posible efectividad de éste, apostó firmemente el Pacto de Estado la Sanidad y pidió al Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad que presidente su amiga, como él mismo la calificó, Leire Pajín, un esfuerzo y reforzar su papel para lograr la cohesión entre todas las comunidades autónomas.

 

La industria farmacéutica ha sido calificada Soria como necesaria y fundamental su características: alta productividad, competitividad internacional, empleo cualificado, líderes en I+D o su atación positiva a otras sectores. Pero después estas bonitas palabras llegaron otras que no lo fueron tanto. Según recoge el informe, la industria no goza de buena agen para la sociedad que le falta trasparencia y le perjudica, en demasía, su esa aparente fachada de estar más cerca de g que de la salud. Nada más lejos de la realidad.

 

50 minutos de discurso y ningún titular destacable. Tampoco lo trajeron las recomendaciones a la industria farmacéutica para cambiar esa ‘mala agen’ a la que antes aludíamos. Alianzas entre agentes, esfuerzos en inversión en I+D, fomento de la formación o más transparencia a través de registros de intereses, memorias corativas o mejores planes de comunicación  fueron las últas propuestas de su discurso. El turno de preguntas posterior fue más de lo mismo, respuestas vagas y nada concretas. Conclusión: el debate sobre el futuro del Sistema Nacional de Salud continúa.

 

Seguiremos informando…

 


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