El Consejo de Vocento se rompe por el fallido fichaje de Galiano

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Finalmente Antonio Fernández Galiano se queda en Unidad Editorial, después de diez días de infarto para la cúpula de Vocento. En un rosario de sinrazones y de desmentidos, rumores e informaciones interesadas el Consejero Delegado de Unidad Editorial se queda con Pedrojota Ramírez.

 

El fallido del fichaje de Galiano es considerado en el seno de Vocento como el más absoluto fracaso y uno de los grandes ridículos que se recuerdan en la centenaria casa. Y es que Galiano no sólo ha rechazado la suculenta oferta de Vocento para ser presidente ejecutivo (cargo de nuevo cuño creado especialmente para él), sino que además ha mantenido la tensión durante casi dos semanas, y aceptando hasta en dos otunidades la oferta.

 

 

Y lo que es peor arrepintiéndose in extremis (el jueves la noche, cuando todo estaba preparado para anunciar su nombramiento el vies la mañana). Además, en el medio la agen de la compañía ha quedado los suelos, con rumores aireados desde todos los sectores del Consejo, a cuál de todos más interesados, que han dejado en claro que la empresa sufre una grave crisis de gobernabilidad y que ha perdido el rumbo de su dirección, fagocitada las peleas intestinas de sus accionistas mayoritarios.

 

Durante toda la semana pasada el Consejo de Vocento ha sido un polvorín. La opción de traer a Galiano era defendida hasta el últo minuto sectores del Consejo, mientras que el frente vasco seguía manteniendo la figura de Iñaki Arechabaleta como la alternativa a la dirección de la empresa. Pero no es todo, incluso las hermanas Luca de Tena no han dudado en pedir la vuelta de José Manuel Vargas, despedido hace quince días. Uno más de los muchos despropósitos hechos públicos en estas fallidas negociaciones.

 

¿Y ahora qué? Vocento jugó todas sus cartas a Galiano y ahora se quedan sin nada. Lo más probable es que las riendas las tenga que tomar Iñaki Arechabaleta, quien había sido nombrado oficiosamente sucesor de Vargas hace dos semanas. Una broma triste para los accionistas del grupo y sobre todo para sus trabajadores que ven como la empresa hay perdido el rumbo y se hunde en el desgobierno. Y es que ya nadie sabe qué quiere exactamente el Consejo, si cerrar ABC, si vender los canales, si fusionarse. Todo está en el aire. Y con la crisis económica instalada en los medios de Comunicación, el ridículo puede salir muy caro.

 

Seguiremos Informando…

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