EL SENADOR

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Parece sensato pensar, que el Senador Curbelo metió la pata al armar un lío de padre y señor mío del que ha salido, de momento, ditiendo de su escaño institucional. Han hecho bien los socialistas en cantarle la caña sus presuntos “insultos” a los policías que le detuvieron. Hubo un tiempo en este país, en el que irse de putas era una buena costumbre, especialmente entre los varones mas aguerridos, que buscaban “el pecado mortal” con ansia, para luego hacerse acompañar su mujer y sus hijos en la misa de los domingos, en la que, además, escenificaban la comunión publica, como testonio ante sus vecinos de su intachable papel como padre y esposo. Por eso, las “adoraciones nocturnas” se han escenificado magistralmente en nuestro cine dentro de un prostíbulo, al que acude en la película de Gil el doble del Dictador para ver a su Chuchi que, casualmente, esta en la cama con otro, quien inmediatamente se lanza la ventana completamente aterrorizado. Mucho ha llovido desde aquellos tiempos en que, un cabeza de familia, incapaz de explicarle a su hijo las relaciones sexuales, le llevaba a ver a a su meretriz de confianza para que pusiera al muchachote en situación y le “abriera los ojos” en las artes amatorias. La historia que se ha publicado sobre Don Casiro Curbelo, parece sacada del guión cinematográfico de Vizcaino Casas quien, con semejante material, habría escrito una gran segunda parte de “Al tercer dia resucitó”. Ahora, tras el escándalo que se ha montado, al político de La Gomera, le resta, tan solo, defender su honor, demostrando que todo lo que se contado en el atestado policial sobre él y su hijo, es completamente falso. Lo tiene difícil aunque no posible.

 

Manuel Fernando González

Director y Editor

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