Más tratamientos de fertilidad en verano

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Desear tener un hijo es, tal vez, la decisión más tante de nuestra vida: más que elegir nuestra pareja, decidir la profesión, comprarnos la casa de nuestros sueños… Es además un deseo cuajado de alegría, ilusiones, esperanzas, proyectos. Sin embargo, muchas parejas no pueden conseguir hacer realidad este deseo de forma natural y algunas de ellas deciden recurrir a las técnicas de reproducción asistida.

 

Es obvio entender que el someterse a estos tratamientos suele generar estrés y ansiedad en la pareja, especialmente en la mujer, y esta situación, lejos de favorecer la consecución del embarazo, la dificulta.

 

Por ello un alto número de parejas ven las vacaciones de verano como uno de los mejores momentos para comenzar el tratamiento. Durante la época estival generalmente descienden las obligaciones y el ritmo de vida y ello redunda en una disminución de los estados de ansiedad. Así, la demanda de tratamientos de fertilidad se incrementa en verano en un 12%, según datos de la clínica de reproducción asistida Ginefiv.

 

Los expertos aconsejan iniciar estas terapias cuando la pareja no esté sometida a momentos de estrés, sino cuando disponga de tiempo libre y se encuentre lejos de las preocupaciones rutinarias. Las vacaciones, ende, son una etapa ideal para emprender ese proceso que acabará en alcanzar el sueño de ser papás.

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