Una píldora hace que las ventosidades huelan a chocolate

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Con el comienzo de la campaña navideña, muchos son los empresarios que hacen su particular agosto. Podríamos pensar en presionar a nuestros familiares o amigos con el regalo más original que haya en el mercado: un kit de supervivencia para osos amorosos, un mapamundi en el que se pueden rascar los países que ya se hayan visitado o un kit para preparar tu propio vino. Sin embargo, toda vuelta de tuerca se quedaría corta al lado del regalo con el que un científico alemán pretende ponerse estas Navidades: la píldora que enmascara el olor de las flatulencias corales.

 

¡Sí, lo has oído bien! El francés Christian Poincheval estaba en una cena con sus amigos cuando se le ocurrió la idea: inventar unas pastillas que modifiquen el asqueroso hedor de las flatulencias en aroma de chocolate. Tras la cena volvió a casa y decidió poner todo su ingenio en marcha para que esta idea cogiera forma. Y así lo hizo.

 

Creó las pastillas Lutin Malin que, tomándolas antes de la cena, evitan los indeseables olores. El inventor asegura que funcionan al 100%. Se venden en botes de 60 unidades y su precio ronda los 10 euros. Deben tomarse de 2 a 6 píldoras al día según las comidas realizadas. Eso sí, no suelta prenda sobre su fórmula magistral.

 

Pero no es el único científico que está destinando esfuerzos para hacer del mundo un lugar que huela mejor. La empresa de análisis de ADN ‘Cambrian Genomics’ está envuelta en un proyecto que busca cambiar el olor de los excrementos de los perros en un agradable aroma a plátano. ¡Vivir para oler!

 

Seguiremos informando…

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