Muchos han sido los escépticos que dudaban de que eliminar los elementos identificativos de marca de las cajetillas de tabaco contribuyese a que menos personas se iniciasen en el hábito tabáquico. Ellos proponían aplicar medidas más determinantes, como una subida importante de impuestos. Sin embargo, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) insiste en que con las cajetillas genéricas se consigue que la prevalencia del consumo de tabaco descienda.
Al menos así ha ocurrido en Australia: la tasa de fumadores diarios ha descendido del 15,1% al 12,8%, informa SEPAR. En este país entró en vigor la medida el 1 de diciembre de 2012. Los datos del Gobierno australiano, basado en la evolución del consumo comparando 2010 frente a la situación en 2013, son para Carlos Jiménez Ruiz, director del Programa de Investigación en Tabaquismo de la SEPAR y presidente de la Comisión “Tobacco Control” de la European Respiratory Society, el claro ejemplo del camino que hay que seguir en España.
‘Promover e implantar iniciativas legislativas sobre la publicidad en los paquetes de tabaco como las aplicadas en Australia, y recientemente en Irlanda, es un referente estratégico a seguir para salvar vidas y para prevenir que una nueva generación de niños y adolescentes se inicie en este hábito tan nocivo para la salud’, indica el experto.
Sin embargo, desde nuestro país, ponen un dato sobre la mesa: la tasa de fumadores diarios entre los menores australianos (de 14 a 17 años) creció del 2,5% al 3,4%. Así no es de extrañar que la Mesa del Tabaco califique la medida de ‘ineficaz’ y de ‘desproporcionada’.
La polémica sobre la homogeneización de los paquetes de tabaco convirtiéndolos en paquetes sobrios y poco atractivos, está servida. Unos defienden que eliminar los distintivos tipográficos, los colores y los logotipos que ha utilizado la industria tabacalera para ‘desinformar’ y camuflar los perjudiciales efectos del tabaco supone una ‘barrera’ para el fumador en el momento de adquirir y consumir el producto. En el otro polo están quienes apuntan que esta medida ‘supone la expropiación de las marcas a las empresas facilitando las actividades ilícitas de los que no cumplen la ley’.
A estos últimos se ha referido Carlos Jiménez Ruiz. Denuncia que las alegaciones de la industria tabacalera responden exclusivamente a intereses comerciales, y éstos ‘se encuentran en un plano secundario porque por delante deben situarse los beneficios para la salud’. Así, anima a que todos los agentes implicados en el bienestar de la salud respiratoria aúnan sus fuerzas para apoyar ese tipo de acciones legislativas.
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