‘Que se maten entre ellas’: la ‘chapucera’ estrategia de Comunicación del ICOMEM y del CGE ante la pelea de sus vicepresidentas

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Al más puro estilo de Hulk Hogan contra Andre The Giant. Así ha arremetido la vicepresidenta primera del Consejo General de Enfermería, Pilar Fernández, contra las declaraciones de la vicepresidenta del Colegio Oficial de Médicos de Madrid, Ana Sánchez Atrio. En una entrevista publicada por Redacción Médica en el número 249 de Revista Médica, la doctora recordaba en tono entrañable la envidia que sentía de las enfermeras cuando se le presentó por primera vez el reto de pasar consulta médica: ‘Yo miraba a otros profesionales sanitarios, como las enfermeras, y les envidiaba muchísimo, porque pensaba: ‘No tienen que pensar (el diagnóstico) y yo tengo que gestionar mis conocimientos para saber concretamente qué tienen (los pacientes)’’.

¿No tienen que pensar? Este disparate fue el detonante de que se le viniera encima una avalancha de críticas y protestas cuyo eco ha resonado especialmente en redes sociales. La enfermería pidió entonces a su máximo órgano de representación que elaborase con prontitud la respuesta pertinente a tal insulto. De forma inaudita, consiguieron romper el silencio por respuesta al que les tiene acostumbrados el Consejo de Enfermería. Sin embargo, las cosas de palacio -de Máximo González Jurado-, van despacio. ‘Están trabajando en ello. Paciencia. No por mucho correr se contesta mejor. Un buen artículo lleva su tiempo’, contestaba a través de su perfil de Twitter Íñigo Lapetra, el director de Comunicación del Consejo de Enfermería.

¡Santa paciencia! Pasaron cuatro días hasta que el comunicado fuera publicado. Esta lenta actuación por parte del Departamento de Comunicación del Consejo General de Enfermería acabó provocando se desviara el foco de las protestas y se empezase a culpabilizar al propio Íñigo Lapetra. Mientras unos le pedían responsabilidades, otros lo tachaban de ‘incompetente’. Tampoco ayudó a calmar los ánimos contra el dircom del Consejo que la enfermería descubriese que en tan elaborada respuesta el departamento de Comunicación se hubiera limitado a hacer llegar la carta supuestamente elaborada por Pilar Fernández, la número 2 del CGE.

El contenido de la carta puso la guinda a esta ‘chapucera’ estrategia de Comunicación. ‘En lugar de defender que la enfermería es una profesión facultativa, asistencial, clínica, que exige un uso continuado del conocimiento y la inteligencia cada minuto del día, se centra en su cenutria persona y se pone como ejemplo a ella misma… que lleva sin ejercer la enfermería 25 años. Como su venerado jefe’. Con estas palabras se dejaba constancia en el blog Nueva Enfermería de la impotencia en la que vive sumida la profesión Enfermera desde hace casi 25 años, desde que Máximo González Jurado accedió a la presidencia.

Al hilo de esta respuesta, la polémica doctora Ana Sánchez Atrio volvió a sacar pecho. ¿Debió aconsejarle su equipo de Comunicación que la mejor estrategia en este caso era reconocer su error de expresión y pedir disculpas? Quizá sí, pero en su ‘Respuesta a a Pilar Fernández‘ escurre el bulto. Le hecha la culpa al periodista de haber interpretado mal sus palabras en lo publicado. Ante tanta tensión, la presidenta del Colegio de Médicos de Madrid, Sonia López Arribas, se ha visto en la obligación de intervenir desautorizando a su vicepresidenta y tendiendo la mano a la Enfermería. Describe el caso como una ‘polémica absurdamente provocada por declaraciones a título estrictamente personal que no representan el sentimiento ni los intereses de los médicos de Madrid’. ¿Por fin alguien que da una lección de Comunicación e integridad?

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