El verano es la estación del año que más daña la piel; el sol y los cambios bruscos de temperatura pasan factura y la dejan reseca, deshidratada y poco luminosa. Para que nuestra piel no sufra un envejecimiento prematuro debemos seguir unos sencillos y rutinarios cuidados básicos. Según el Dr. Antonio Ortega, dermatólogo de la Clínica Menorca, ‘el primer paso fundamental es la limpieza por la mañana y por la noche con limpiadores de pH neutro que no irriten. El segundo paso es aplicar una crema hidratante con SPF para protegernos de la radiación solar. Dependiendo de la edad, un serum antes de la crema hidratante bastará para contrarrestar el efecto de los radicales libres’.
Después del verano y para atender nuestra piel, se debe cuidar la alimentación para hidratar y nutrir la piel desde dentro. Hay que intentar evitar en lo posible los dulces y la comida preparada que contiene en exceso sal, azúcar y grasas hidrogenadas. Los aliados de la piel son la fruta, la verdura, el pescado y las carnes blancas. Y no olvides beber mucha agua. Dormir lo suficiente también ayuda: el sueño reparador ilumina la piel y evita las ojeras. Por último, es necesario evitar el sedentarismo.
No obstante, también se pueden llevar a cabo determinados cuidados específicos para cada edad. Así, a los 20 años es importante conocer el tipo de piel, si es normal, sensible, grasa o mixta, es muy raro que sea seca. Para mantener su frescura, luminosidad y tersura de juventud lo más importante es la limpieza, todos los días por la mañana y por la noche, con agua micelar o con un producto específico en gel, crema o loción e hidratarla con una crema ligera adecuada a su tipología. Durante el día hay que proteger la piel del sol, con una base que contenga protector solar, mínimo SPF 15.
A los 30 comienzan a aparecer los primeros signos del envejecimiento: pérdida de luminosidad, deshidratación y líneas de expresión. Es fundamental la limpieza en tres pasos: desmaquillar, limpiar y exfoliar. A continuación utilizar serum y una crema de tratamiento con vitaminas E y C que son antioxidantes y disminuyen las líneas de expresión. Si se tiene la piel seca es el momento de utilizar el contorno de ojos de día y de noche con pequeños toquecitos, no arrastrando el producto, la piel en esta zona es muy sensible. Una vez a la semana una mascarilla regeneradora, astringente o iluminadora. Si se toman anticonceptivos o se está embarazada hay que tener especial cuidado en proteger la piel del sol, los cambios hormonales pueden provocar manchas oscuras en la piel. Algunos tratamientos que pueden llevarse a cabo son la mesoterapia facial con ácido hialurónico no reticulado (que nutre y estira la piel, le da un aspecto terso y luminoso y evita la aparición de la flacidez), la carboxiterapia (para activar la microcirculación sanguínea y linfática y estimular la producción y reorganización de fibras de colágeno y elastina aportando mayor tonicidad y turgencia) y la bioestimulación con plasma rico en factores de crecimiento (para el rejuvenecimiento facial con unos resultados que se notan desde la primera sesión).
A los 40 años se empieza a perder firmeza y tonicidad porque se ralentiza la renovación celular y la producción de colágeno, las arrugas son más acusadas y comienzan a aparecer los signos de fatiga en la piel. La rutina diaria de limpiar, hidratar, nutrir y proteger la piel es fundamental. La fórmula antiedad para una piel normal a partir de los 40 años es un fotoprotector solar con vitamina C por la mañana y por la noche alternar el ácido retinoico con el ácido glicólico. Se puede tratar con Carboxiterapia y Bioestimulación con factores de crecimiento, que se pueden combinar con los Hilos tensores PDO que además redensifican y tensan la piel desde adentro hacia afuera. Son reabsorbibles y biocompatibles, y los resultados alcanzan la plenitud a los 3 meses. Este tratamiento está recomendado una vez al año.
En cambio, los 50 años son la época de los cambios hormonales debido a la menopausia: se pierde elasticidad, la piel se reseca y se vuelve más fina, las arrugas de gesticulación están marcadas y puede ser que aparezca hiperpigmentación. Se deben extremar los cuidados de hidratación y nutrición de la piel y activar la regeneración celular con productos específicos antiedad con vitamina C, y comenzar a utilizar el ácido retinoico por las noches. En cuanto a los cuidados, además de los tratamientos recomendados a los 40 años, se aconsejan también tanto para rejuvenecimiento facial como para eliminar manchas producidas por el sol como lentigos solares, hiperpigmentación y melasma, el láser CO2 fraccionado, el láser Fráxel, el láser VBeam, el láser Alex o un peeling químico con fenol.
Para la gente de 60 años y más de 60, el principal problema es la deshidratación de la piel, la falta de colágeno y elastina que provocan la aparición de pliegues y arrugas, y las manchas. Pero el daño principal a esta edad es el efecto acumulativo por la falta de cuidados en las etapas anteriores o haber tomado el sol en exceso. Después de los 60 hay que extremar los cuidados de la piel, la limpieza, hidratación, exfoliación y nutrición. Son muy aconsejables las cremas con ácido retinoico o con ácido glicólico (nutre e hidrata). Se sugieren los mismos tratamientos que a los 50.