Desde la entrada en vigor de la Ley General de Comunicación Audiovisual de 2010, la programación subtitulada en la parrilla de la Televisión Digital Terrestre (TDT) se ha duplicado. En concreto, se ha pasado de un promedio del 36,8% de programación subtitulada en 2010 a un 67,1% en 2014. Mayor crecimiento han experimentado los contenidos que ya cuentan con audiodescripción. En solo cuatro años, se han quintuplicado: de una hora semanal en 2010 a las seis horas actuales. Los contenidos disponibles en lengua de signos se han incrementado de la media hora semanal de 2010 a más de dos horas semanales en la actualidad.
Los datos del informe reflejan un nivel ‘satisfactorio’ del cumplimiento de los mínimos legales de accesibilidad. Estos son de un 75% de programación subtitulada (90% para la televisión pública), dos horas semanales de audiodescripción (10 horas para la pública) y dos horas de lengua de signos. Estos datos se extraen del ‘Informe de seguimiento del subtitulado y la audiodescripción en la TDT. Año 2014’, que ha publicado el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) en colaboración con el Real Patronato sobre Discapacidad, la Universidad Carlos III de Madrid y el Centro Español del Subtitulado y la Audiodescripción (CESyA).
El documento también ha constituido una oportunidad para que los usuarios saquen punta de las debilidades de estos servicios. Las últimas preguntas del cuestionario invitaban a los participantes a indicar si les gustaría que se hiciera algún cambio o mejora en los servicios de subtitulado y audiodescripción, así como a hacer cualquier comentario u opinión sobre los servicios de accesibilidad a la TDT. Una queja común es que, en ocasiones, el subtitulado no se corresponde con el contenido del programa que se está emitiendo. También es típica la desaparición de los subtítulos durante la emisión de un programa. El tamaño o color de la letra, la adaptación del texto evitando palabras malsonantes o la extrema velocidad del subtítulo son aspectos que acaparan la mayoría de las críticas.
Durante la presentación del trabajo, Luis Cayo Pérez Bueno, presidente del CERMI ha expresado su satisfacción por lo que se ha avanzado en los últimos años, pero también ha lamentado los ‘pírricos’ porcentajes de programación audiodescrita y con lenguaje de signos que hay actualmente en las producciones cinematográficas, en la publicidad no institucional y, sobre todo, en la televisión de pago: ‘La televisión de pago está exenta de cumplir con la obligaciones de accesibilidad y no la incluyen pese a que los espectadores abonan una alta cuantía económica para poder acceder a esos canales’.
Ante esta situación, Luis Cayo Pérez Bueno propone una ‘reforma integral del marco normativo de la accesibilidad audiovisual’. Su objetivo es que en el horizonte de 2020 exista ‘una comunicación audiovisual plenamente inclusiva’. La subdirectora de Audiovisual de la CNMC, Julia López, se ha mostrado de acuerdo con esta propuesta y ha pedido ‘que se empiece a fijar más la mirada en la calidad que en la cantidad de los contenidos accesibles’. En esta línea, el director del CESyA, Ángel García Castillejo, ha animado a trabajar para que la accesiblidad llegue a otras personas, como a quienes tienen discapacidad intelectual.