El Rey tiene un problema muy importante que amenaza con estallarle en las manos en cualquier momento. La pésima gestión de su Director de Comunicación Jordi Gutiérrez se está convirtiendo por momentos en un grave hándicap para su imagen de cara a los profesionales de la Comunicación. Jordi ha decidido por su cuenta realizar una gestión solamente centrada en los viejos ‘medios tradicionales’ lo que ha molestado al equipo de Felipe VI que cree que los nuevos medios deben estar presentes en esta estrategia.
Gutiérrez ha decidido comunicar para sí mismo y para sus cercanos, metido en una burbuja palaciega de la que no ha salido desde 1993 y ha demostrado que sus modos son los de siempre, los de la época de la Casa Real opaca, esa que durante décadas no aportó información de sus Presupuestos ni de sus relaciones. Gutiérrez representa al funcionario de Casa Real rancio y que se ha quedado en el pasado y que ha vivido de las asignaciones institucionales desde el comienzo de la democracia.
Precisamente esta gestión que se hace de espalda a los periodistas y en especial a los nuevos medios –a los que ni se digna a cogerles el teléfono- ha generado un profundo descontento en Felipe VI que ve como su Director de Comunicación no ha estado en absoluto a la altura de las expectativas. En este sentido El Rey se plantea darle relevo pero quiere esperar a que pasen las fiestas para no generar demasiado ruido. Será una transición tranquila y para la que ya le buscan sustituto con total tranquilidad. Para no volver a equivocarse otra vez.
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