En 1998 en El Salvador se creó el primer periódico exclusivamente digital de América Latina: El Faro. A éste le siguieron El Mostrador y Ciper (Chile), Infobae (Argentina), Prodavinci (Venezuela) y Verdad Abierta (Colombia). Sin embargo, a partir del 2009 la región experimentó un “boom” de nuevos medios periodísticos digitales que ha ido en aumento cada día. Pero, ¿aprovechan realmente todas las posibilidades que este entorno les ofrece? ¿Tienen un modelo de negocio que les permita perdurar en el tiempo? ¿Sus prácticas dan respuesta a las necesidades del lector de hoy o siguen el patrón de la “moribunda” prensa tradicional? Estas y muchas interrogantes son respondidas en el Primer Estudio de Medios Digitales y Periodismo en América Latina, elaborado por Factual, una organización que persigue impulsar las capacidades tecnológicas de medios y periodistas latinoamericanos.
Con el apoyo del Fondo Regional para la Innovación Digital en América Latina y el Caribe (FRIDA), un equipo dirigido por su director, el mexicano Jordy Meléndez, monitorizó 34 medios digitales de 13 países de la zona. Estos fueron: Chequeado, Infobae, Revista Anfibia y Cosecha Roja (Argentina); Agencia Pública (Brasil); La Pública (Bolivia); Ciper y El Mostrador (Chile); Confidencial, La Silla Vacía, Kien y Ke, Las 2 Orillas y Verdad Abierta (Colombia); 14 y Medio (Cuba); GkillCity (Ecuador); El Faro (El Salvador); Nómada, Plaza Pública, Soy502 y República GT (Guatemala); Animal Político, Mientras Tanto en México, Revolución 3.0, Sin Embargo y ADN Político (México); Corresponsale.pe, Espacio 360, IDL Reporteros, La Mula, Ojo Público y Utero.pe (Perú); Sudestada (Uruguay) y Prodavinci y La Patilla (Venezuela).
El resultado es un estudio pionero en elaborar un Índice de Aprovechamiento Digital (IAD) que, junto a otros datos conseguidos, permite conocer sus principales errores y aciertos.
Aprovechamiento digital
El principal hallazgo de la investigación fue descubrir el escaso aprovechamiento digital que hacen los medios periodísticos latinoamericanos. A pesar de haber nacido en la web, y en muchos casos desarrollar un periodismo de alto impacto, el estudio revela que muchos no comprenden sus lenguajes, herramientas y posibilidades.
Además, “se percibe escasa o nula experimentación con tecnologías móviles, que permitan la geolocalización de noticias o la entrega personalizada de información. Salvo Soy502 y Animal Político, tampoco se han identificado el uso estratégico de drones o herramientas similares de video y recopilación de información en marchas o manifestaciones”.
Interacción y creación de comunidades
“La mayoría sigue pensando solamente en capturar lectores, si bien se identifica cierta tendencia a crear audiencias participativas y gestionar comunidades. El medio que ha llevado esto a un nivel de experimentación interesante es La Silla Vacía, con su apuesta de crear una red social dentro de su misma plataforma “La Silla Llena”, en donde líderes de opinión, políticos y lectores, pueden crear foros de discusión, debates y generar una dinámica propia de intercambio. Esto requiere, sin embargo, dedicación y entendimiento de las lógicas digitales, y de estar dispuesto a entablar conversaciones horizontales entre audiencias”, señala el informe.
El contenido
En términos de contenido, solo 11 de los 34 medios analizados publican informaciones elaborados exclusivamente por su equipo periodístico. Los demás apuestan por una mezcla de contenido propio, curaduría de información y noticias de agencias en sus esquemas de publicación. En el primer grupo se encuentran, por ejemplo, La Silla Vacía, CIPER, Verdad Abierta, Chequeado, El Faro, Cosecha Roja, Ojo Público y Agencia Pública.
“Salvo contadas excepciones, tampoco hacen periodismo de datos de manera periódica, organizada y coherente, aprovechando para ello mapas, visualizaciones y otras herramientas interactivas que acompañen sus contenidos”. Ni dan importancia a la posibilidad de crear contenidos adaptables, que continúen su difusión y discusión por otros medios (televisión, radio, medios impresos, etcétera), sino que la mayoría publica sus contenidos exclusivamente en su página web y en redes sociales.
¿De dónde viene el dinero?
Un dato interesante descubierto en el estudio es que “la enorme mayoría de los medios digitales (85%) inició sus operaciones sin tener en mente un modelo de negocio claro”. Por lo que un gran desafío ha sido desarrollar un método que garantice la sustentabilidad. En momentos en que el periodismo impreso parece estar muriendo por la disminución de los ingresos publicitarios, llama la atención (por no decir, preocupa) que “muchos siguen mirando la venta de publicidad como modelo prioritario de rentabilidad”.
En el caso de los que trabajan como organizaciones no lucrativas, “su principal fuente de financiación son donaciones de fundaciones, fondos y programas que apoyan el periodismo independiente en América Latina”. Sin embargo, el autor del estudio alerta que “se percibe una necesidad importante por diversificar las entradas de recursos, para no depender exclusivamente de un donante, que condicione la existencia del medio”.
Y concluye aclarando que aunque “los medios nativos digitales que realizan periodismo en América Latina están entendiendo poco a poco la lógica digital”, es necesario que se aproveche al máximo todas las herramientas que este entorno ofrece. “Desarrollar y publicar contenido periodístico en internet permite no sólo reducir costos de impresión y distribución, sino generar otro tipo de dinámicas que le son útiles a los medios, como elevar el debate público, crear comunidades activas y generar mayor incidencia a partir de información”. Si en pleno 2016 esto no se ha conseguido, entonces ¿cuándo se hará?
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