El Hospital Ramón y Cajal organiza la Jornada ‘Las vacunas salvan vidas y son seguras’

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“La baja percepción sobre el riesgo real al que se enfrenta la población resulta esencial para mejorar la concienciación sobre vacunación en el adulto”, explica el doctor Jesús María Aranaz, jefe de Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital Universitario Ramón y Cajal, a propósito de la celebración de la Jornada ‘Las vacunas salvan vidas y son seguras’, organizadas por el propio centro sanitario, con la colaboración de Pfizer.

El encuentro, dirigido a los equipos sanitarios de Atención Primaria, de Medicina de Familia y Pediatría, de Medicina Preventiva y Salud Pública, además de a los servicios de prevención de Riesgos Laborales y a todos los profesionales interesados en el campo de las vacunas, ha permitido realizar una profunda actualización sobre los conocimientos y habilidades necesarias para mantener y mejorar la competencia profesional en vacunas, a partir de la evidencia disponible sobre su seguridad clínica y de la epidemiología de enfermedades inmunoprevenibles en España.

“Esta jornada formativa ha sido diseñada en base al alto interés científico generado por el impresionante avance verificado por la vacunología en los últimos años, unido a la reemergencia de determinadas enfermedades prevenibles por vacunas en los países desarrollados”, ha avanzado el doctor Aranaz.

Según los especialistas, los beneficios de las vacunas en la actualidad son incalculables: “Su impacto ha sido incluso superior al de los antibióticos, puesto que solo en las últimas décadas han evitando la muerte a más de 20 millones de personas. Así, la vacunación ha logrado aumentar la supervivencia de las personas, mejorar su calidad de vida y facilitar el desarrollo económico y social de la humanidad. Solo así se explica que en España ya tengamos casi olvidadas enfermedades como el sarampión o la polio”, advierte el jefe del Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital Universitario Ramón y Cajal. Por eso, en la actualidad, la vacunación es considerada una de las tres medidas preventivas con eficacia probada más importantes de la historia de la medicina, junto a la potabilización del agua y la higiene de manos.

Concienciación sobre los beneficios de las vacunas, también en el adulto

Con respecto a la concienciación sobre los beneficios de las vacunas, el doctor Aranaz reconoce que “en la actualidad hay una alta concienciación, tanto por parte de los profesionales sanitarios como de la población general, sobre la necesidad y las bondades de la administración de vacunas, especialmente ligadas a la población infantil y pediátrica. Pero hay que tener presente que estas recomendaciones no se agotan en la infancia, ya que hay vacunas especialmente indicadas para adultos”. Por eso, la labor de sensibilización que se realiza a través de las campañas desarrolladas desde los centros de salud y las sociedades científicas como la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH) y la Asociación Española de Vacunología (AEV) resultan de vital importancia.

En ese sentido, el calendario de vacunación del adulto contempla, por un lado, recomendaciones para toda la población (tétanos, difteria, gripe y hepatitis B) y, por otro, recomendaciones de vacunación dirigidas a aquellas personas que constituyen los llamados grupos de riesgo para una enfermedad determinada (meningocócica, neumocócica, H Influenzae tipo b, hepatitis A). “En términos generales, todos los adultos con vacunación incompleta o no vacunados en su infancia deberían completar el esquema vacunal de forma correcta”, completa el especialista del Ramón y Cajal.

Asimismo, durante la jornada los asistentes también analizaron la seguridad de las vacunas, con la conclusión final de que “pese a que, como cualquier otro producto biológico o farmacéutico, no están exentas de algunos riesgos, las vacunas son altamente seguras y sus eventos adversos graves asociados son muy infrecuentes”, concreta el doctor. Así, los expertos han hecho hincapié en que al administrarse mayoritariamente a población sana, las garantías de seguridad que se les exigen son las máximas.

En concreto, las consideraciones sobre la seguridad de las vacunas se evalúan con gran rigor científico y las decisiones sobre su administración a la población se basan en un conocimiento preciso del cociente riesgo-beneficio de cada vacuna, “garantizando que las ventajas de la vacunación para los individuos y para la comunidad son claramente superiores a los riesgos”, ultima el doctor Aranaz.
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