Mitsubishi y Volkswagen, dos crisis de comunicación, dos formas de responder

Mitsubishi y crisis de comunicación
Publicidad

El mundo de la industria automovilística vuelve a estar en el centro de la polémica por el falseamiento de datos en las emisiones de automóviles. El gigante japonés Mitsubishi convocaba a los medios de comunicación en una multitudinaria rueda de prensa para para explicar “irregularidades en test de emisiones”. La bomba informativa hizo perder en Bolsa al fabricante casi un 15% su valor en bolsa. Sin embargo, la comunicación de esta crisis ha diferido en algunos puntos clave a la crisis de comunicación de las emisiones de los motores diésel de Volkswagen el pasado año.

Cuando parecía que la crisis de Volkswagen había pasado, esta semana el gigante se volvía a tambalear con el acuerdo  con las autoridades norteamericanas por el cual la empresa se comprometía a compensar económicamente a los propietarios de los vehículos afectados por el trucaje de los motores diésel de más de 600.000 automóviles.

Pero no sólo los litigios legales han puesto a Volkswagen en el centro de la polémica. Estos días el fantasma de la crisis del gigante alemán volvía a primera escena con la crisis de comunicación de otro gigante del automóvil, en este caso el japonés Mitsubishi.

La noticia saltaba a los medios de comunicación en forma de convocatoria de prensa del presidente de la compañía nipona Tetsuro Aikawa en la sede del Ministerio de Transporte, Infraestructura y Turismo. Al mismo tiempo que el comunicado llegaba a las redacciones de los medios, las acciones de Mitsubishi  se desplomaban hasta en un 15% en plena crisis de comunicación.

Tras la comparecencia del presidente de Mitsubishi, la empresa emitió un comunicada informado de los hechos. “Hemos encontrado datos que demuestran en las pruebas de consumo de combustible que la compañía trucó los motores para reducir las tasas de consumo en comparación con las reales, además este método de prueba no era el estipulado por las autoridades japonesas”. Una de las principales novedades de este escándalo, que vuelve a poner en peligro la reputación del sector automovilístico, en comparación con el de Volkswagen es que fue la propia compañía la que salió al paso de la polémica, una vez que Nissan comunicó a la empresa estas deficiencias en las pruebas de control de consumo de combustible. En el caso de Volkswagen fueron publicaciones del sector las que destaparon el escándalo, y la respuesta de la compañía fue reactiva.

En el caso de Mitsubishi el escándalo ha salpicado de lleno a la compañía, que era intervenida por la policía nipona en un amplio registro de las instalaciones pocas horas después de la rueda de prensa del presidente. Estos hechos contrastan con la imagen de normalidad que dio el gobierno nipón en relación al escándalo de Wolkswagen el pasado año. El pasado octubre, el Gobierno de Japón afirmó que ninguno de los principales fabricantes nacionales de automóviles había manipulado el software de control de emisiones contaminantes de sus vehículos, tras llevar a cabo una encuesta entre las empresas del sector.

Seguiremos informando…

Publicidad
Publicidad
Salir de la versión móvil