Claves para dormir bien este verano

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¿Te cuesta dormir por las noches? ¿Eres de los que se mete en la cama y no hace más que dar vueltas? ¿Cómo es nuestro sueño? ¿Por qué es necesario dormir? ¿Qué suplementos naturales podemos tomar para mejorar la calidad de nuestro sueño?

Estas son algunas de las preguntas a las que la farmacéutica Meritxell Martí da respuesta en su primer libro Vivir Sano, Sentirse Bien en el que ayuda al lector con trucos, recomendaciones e información para disfrutar de una vida plena y saludable. Con el calor del verano, llegan las terribles noches de insomnio, en las que poder conciliar el sueño se convierte en un verdadero reto. Las altas temperaturas se transforman en el claro enemigo para aquellos que sufren problemas de sueño.

“En algún momento de nuestra vida todos hemos padecido algún tipo de insomnio o, sencillamente, no hemos podido dormir bien”, asegura la farmacéutica Meritxell Martí. Sin embargo, en los meses de julio y agosto, son muchas las personas a las que, debido al calor, les resulta imposible descansar tanto como desearían.

Dormir bien, necesario para la salud

Todos sabemos la importancia que tiene para nuestro organismo dormir bien. “Si queremos preservar nuestra salud, es necesario dormir las horas recomendadas, o al menos acercarnos a esos valores”, añade Meritxell Martí. Sin embargo, lograr esa media de ocho horas diarias de sueño, supone un verdadero problema para muchos. Estrés y cansancio por el trabajo, preocupaciones personales, trastornos psicológicos o condiciones externas como ruidos, luces o, en este caso, la temperatura, hacen que nuestro cuerpo no descanse como tiene que descansar. “Si no se duerme lo suficiente, el cansancio se acumula, tanto si no se descansan las horas necesarias como si la persona se despierta varias veces durante la noche o el sueño no es profundo”, explica la farmacéutica.

Consejos para acabar con nuestro insomnio:

1. Seguir una rutina diaria. Debemos conseguir que nuestro cuerpo se vaya a la cama siempre a la misma hora. Acostumbrarnos a unos determinados horarios hará que nuestro organismo se acostumbre y no le resulte complicado descansar. En caso de modificar nuestra rutina, como en vacaciones, es preferible ir adelantando poco a poco la hora de acostarse, aunque también la de levantarse.

2. Evitar irse a la cama pensando en problemas. Irnos a dormir con nuestra mente llena de preocupaciones no nos ayudará en absoluto a conciliar el sueño. Con esto, lo único que conseguimos es que nuestro organismo permanezca en alerta, por lo que nos resultará difícil relajarnos. Podemos realizar ejercicios de respiración, imaginar ambientes agradables, relajar la musculatura tensada o hacer estiramientos.

3. No tomar productos que puedan llegar a excitarnos. Cuatro horas antes de acostarnos, no debemos introducir en nuestro cuerpo productos como té, café o colas, pues contienen cafeína, taurina y/o teína. Si bien estos estimulantes ayudan a despertarnos durante el día, acaban ocasionando los mismos efectos por la noche. Asimismo, deberemos evitar irnos a dormir en estado de embriaguez, pues el alcohol genera efectos directos en nuestro sistema nervioso central.

4. Cenar ligeramente. Por el contrario, resultan convenientes comidas como la avena, cerezas, lechuga cocida, así como alimentos ricos en vitamina B, tales como el pescado, huevos y leche. Tampoco debemos irnos a la cama con una sensación de hambre. Lo ideal es cenar dos horas antes de irnos a dormir.

5. Cuidar la cantidad ingerida de bebidas. Si bebemos mucho líquido poco antes de irnos a la cama, inevitablemente, acabaremos por levantarnos a medianoche para ir al baño, lo que interrumpirá nuestro ritmo de sueño. Debemos evitar beber demasiado antes de acostarnos con el fin de no llenar la vejiga urinaria.

6. Intentar no realizar en la cama actividades que distraigan. Debemos intentar no leer un libro o ver la televisión metidos en la cama. Bien es cierto que a muchas personas les ayuda a conciliar el sueño, pero es aconsejable realizar estas actividades sentados en una butaca o sofá. Así, intentaremos educar a nuestro organismo para que sepa que cuando nos metemos en la cama llega el momento de dormir.

7. Si el calor supone un gran problema, crea un ambiente fresco. Evita que el calor se concentre en la habitación que vas a dormir. Mantén aireada esa habitación para que el ambiente que se respire a la hora de dormir sea agradable y nada sofocante.

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