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En este nuevo podcast de sexo, vamos a relacionar esta disciplina con otra con la que está muy vinculadas: el deporte. Y no porque lo sea como tal (aunque tenga algo de ello). Hablaremos de los beneficios (o perjuicios) de la práctica de determinados deportes y su influencia en nuestra experiencia sexual. En nuestra satisfacción, nuestro disfrute. Y es que, con frecuencia, dedicamos tiempo a disciplinas deportivas que implican saltar o cargar pesos excesivos. Éstas, pueden tener un impacto debilitador en nuestro suelo pélvico. Sobre todo en la funcionalidad, en la capacidad de contracción. No tanto en la sensibilidad.
Con todo, es una cuestión meramente fisiológica, aunque con tintes psicológicos, ya que nuestra predisposición al movimiento hace que nazca la pereza y en el sexo no es buena señal. Por lo que debemos alejar cualquier acto que nos lleve a ello. Sin embargo, y volviendo a la parte física, por ejemplo, la mujer tiene una uretra más corta que la del hombre y eso lleva a que, en muchas ocasiones y el deporte es una, aparezcan las conocidas pérdidas de orina o las infecciones recurrentes. Éstas, pueden afectar a la actividad sexual.
Sea como fuere, y si miramos más a fondo, los peores son los deportes de alto impacto (atletismo, halterofilia, salto,…). Son aquellos en los que la carga excesiva o la propulsión con respecto al suelo son habituales. La asiduidad de su práctica puede comprometer la funcionalidad del suelo pélvico (y de nuestra experiencia sexual). También la equitación. Se puede contrarrestar con ejercicios específicos (si queremos seguir practicándolos). Al otro lado de la balanza encontramos otros deportes que si son compatibles. Principalmente los que activen la función cardiovascular. Mejorarán nuestra resistencia (y no quedarnos a medio camino), algo que sexualmente es bueno. Este es sólo un ejemplo. ¿Quieres conocer más deportes son sexualmente beneficiosos para nosotras? No te pierdas este nuevo podcast de Hablamos de Sexo.
Seguiremos Informando…