La dieta puede ser efectiva, aunque la báscula no lo perciba

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El nuevo estudio CENTRAL, publicado en la prestigiosa revista Circulation, revela que la dieta mediterránea baja en carbohidratos y suplementada con nueces, junto con la práctica de ejercicio moderado, podría ayudar a reducir la cantidad de depósitos de grasa, incluso si no hay pérdida significativa de peso. Esta investigación es pionera en el uso de la tecnología de imágenes MRI para monitorizar los depósitos de grasa que tiene el cuerpo.

El ensayo controlado aleatorizado, liderado por la Dra. Iris Shai de la Ben-Gurion University, evaluó durante 18 meses a 278 adultos sedentarios conformados por hombres con sobrepeso moderado, y hombres y mujeres con obesidad. Los participantes fueron sometidos a dos grupos de dieta; el primero a dietas hipocalóricas isocalóricas y, el segundo, a una dieta mediterránea suplementada con 28 gramos de nueces al día con o sin ejercicio moderado adicional al menos 3 veces por semana. Los hallazgos de la investigación sugieren que una dieta mediterránea, rica en grasas insaturadas y baja en carbohidratos, sería más efectiva que una dieta baja en grasas isocalóricas para revertir drásticamente los depósitos de almacenamiento de grasa mórbida.

“Con este ensayo aprendimos que la pérdida de peso moderada pero persistente puede tener efectos beneficiosos dramáticos sobre los depósitos de grasa relacionados con la diabetes y las enfermedades cardiovasculares”, explica la Dra. Iris Shai.

Los investigadores también descubrieron que la disminución de la grasa hepática y de cada uno de los depósitos de grasa abdominal tenían específicos beneficios para la salud. Tras controlar varios parámetros, observaron que la pérdida de grasa visceral o grasa hepática estaba correlacionada con la mejora del perfil lipídico. La pérdida de grasa subcutánea profunda se asocia con una mejor sensibilidad a la insulina y la pérdida de grasa subcutánea superficial se mantuvo neutral, excepto por la asociación con la disminución de la hormona leptina.

“En conclusión, el estudio CENTRAL demuestra que, mejorando la calidad nutricional y siendo activo físicamente, se puede mejorar los marcadores de riesgo cardio-metabólicos a través de cambios en los depósitos de grasa visceral / ectópica que no se reflejan solo en los cambios de peso corporal”, añade la investigadora Iris Shai.

Las nueces son uno de los superalimentos esenciales de la dieta mediterránea y existe una amplia evidencia científica sobre los beneficios saludables de su consumo y su contribución en la prevención de enfermedades. Las nueces son el único fruto seco con una cantidad significativa de AAL, los ácidos grasos Omega-3 de origen vegetal, que el cuerpo necesita, pero no puede producir. Además, son uno de los alimentos que contiene más antioxidantes, y aportan proteínas y fibra.

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