Los abuelos han sido, son y serán una pieza clave en la estructura familiar. En España, uno de cada cuatro abuelos cuida de sus nietos, a los que dedican una media de siete horas diarias, dos más que el promedio europeo, según la Encuesta de Salud, Envejecimiento y Jubilación en Europa.
La relación entre los mayores y sus familias, especialmente con los niños, es muy beneficiosa, sobre todo a nivel cognitivo. Según una investigación publicada en la revista de la Sociedad Norteamericana de Menopausia, la interacción de las personas mayores con los niños mejora su vida social y ayuda a prevenir el deterioro cognitivo, así como enfermedades crónicas como el alzhéimer o la demencia.
“El cuidado de los más pequeños estimula a las personas mayores y les obliga a mantenerse en una buena forma física y a mejorar su rendimiento cognitivo. Asimismo, les entretiene y ven reducidos sus sentimientos de soledad, aburrimiento o tristeza, clave para un envejecimiento activo”, señala David Curto, responsable de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores.
Pero el cuidado de los nietos también puede repercutir de forma negativa en los mayores si no se establecen límites. Para que los beneficios sean óptimos, el cuidado de los nietos debe ser moderado, ya que en exceso podría tener un efecto contrario por el desgaste físico y el estrés que implica. {wbamp-show start}
Partiendo de una organización y planificación adecuada, los expertos de Sanitas apuntan algunos de los beneficios que tiene para los mayores el cuidado de sus nietos:
• Mejora el estado de ánimo: Las relaciones sociales son beneficiosas para los mayores a diferentes niveles. Destaca en especial el cuidado de los nietos, que permite a los mayores sentirse rejuvenecidos por la energía, la vitalidad y la alegría que estos les aportan.
• Aumenta su sensación de productividad: Cuidar de los nietos otorga a los mayores un papel protagonista en la dinámica de la familia, lo que les hace sentirse imprescindibles para el buen funcionamiento de esta, lo que aumenta su autoestima y deja de lado la sensación de soledad.
• Incrementa su nivel de actividad. Pasear, ir al parque, jugar, ayudarles en los deberes o las tareas de verano son solo algunas de las actividades que pueden compartir mayores y niños. Estar con los nietos les permite mejorar su estado físico, pero también el mental al acrecentar su rendimiento cognitivo y el manejo de las nuevas tecnologías, de las que pueden aprender y propiciar una relación bidireccional de aprendizaje.
• Refuerza los lazos familiares. Para los mayores, la familia es una pieza clave de su estructura social y la importancia que le otorgan es mayor a medida que avanza su edad. Ayudar a consolidar su idea de familia y poder participar de ella, favorece su felicidad y, por tanto, su tranquilidad y salud mental.
• Acrecienta su sensación de validez por la transmisión de valores. Valores como la tolerancia o la paciencia son atributos que los abuelos encarnan mejor que nadie. La transmisión de estas cualidades a los nietos hace que los mayores sientan su experiencia como parte fundamental en la formación de los pequeños, reforzando su sentimiento de utilidad y fortaleciendo su autoestima.
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