El trabajo flexible reducirá la próxima década más de 46.000 toneladas de CO2

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El presente año del 2020 marca el inicio de una década clave para alcanzar los objetivos marcados en el Marco sobre el Clima y Energía de la Unión Europea. Entre las diferentes acciones previstas, el todavía gobierno en funciones anunció en la reciente COP25, el compromiso de España en reducir una de cada tres toneladas de CO2 con el fin de que la UE reduzca las emisiones en un 55% en 2030. Para ello, la estrategia pasa por la suma necesaria entre todas las áreas de actuación. En este contexto, existe una nueva e inesperada arma en la lucha contra el cambio climático: las oficinas de trabajo flexible. Conforme las oficinas de trabajo flexible se ubican cada vez con mayor frecuencia en el extrarradio de las grandes ciudades y distritos financieros, los largos y contaminantes viajes al trabajo se están convirtiendo en una cosa del pasado.

El Estudio Suburban Economic Survey, encargado por Regus y realizado por economistas independientes, predice los beneficios ambientales en la próxima década, resultado de la localización de espacios de trabajo flexibles en pueblos, ciudades y áreas suburbanas más pequeños de aquí a 2029. En el caso de España, los ahorros totales de emisiones de las empresas en la próxima década pueden alcanzar hasta 122 toneladas de CO2 por centro al año y hasta 1.036 de km innecesarios y 7.759 horas dedicadas en traslados laborales. Todo ello se traduce en más de 46.000 toneladas de CO2 ahorrado en diez años, para alcanzar los objetivos climáticos marcados de aquí al 2030.

De hecho, mientras el crecimiento de las oficinas flexibles crece de manera exponencial en las afueras de las ciudades, el estudio revela que en 2029 estos espacios habrán reducido las emisiones de carbón en una cantidad equivalente a 1.280 vuelos transatlánticos entre Londres y Nueva york cada año. Esto equivale a 2.560.000 toneladas métricas de carbón que dejan de emitirse a la atmósfera anualmente, simplemente trabajando más cerca de casa.

 La descentralización de las grandes ciudades

Iniciativas como Madrid Central, u otras similares que se están valorando para grandes capitales como Valencia o Barcelona, ofrecer a los trabajadores una alternativa útil para trabajar en el extrarradio es más necesario que nunca. Al permitir que las personas trabajen más cerca de sus hogares, los espacios de oficinas flexibles ahorran a los trabajadores tiempo de desplazamiento, unido a la consecuente polución ambiental.

El informe también revela que aquellos que pasen de un trabajo flexible en casa a un espacio de trabajo conjunto estarán aportando su granito de arena al medio ambiente. Esto se debe a que es probable que sea más eficiente desde el punto de vista energético calentar e iluminar un espacio compartido que un hogar para un trabajador solitario.

Philippe Jiménez, Country Manager de Regus, ha afirmado que: “Los desplazamientos pueden ser incómodos, desagradables e increíblemente largos. También son una enorme fuente de contaminación global. En una época en la que cada empresa e individuo tiene una responsabilidad por su impacto ambiental en el mundo, los viajes al trabajo en las grandes ciudades parecen cada vez más anticuados”.

En la próxima década esperamos abrir muchos más espacios en pueblos, ciudades y zonas suburbanas más pequeñas. Nuestra visión es que, en un futuro próximo, habrá un espacio de trabajo profesional disponible en cada esquina, lo que acabará con la idea de desplazarse al trabajo para siempre. Esto beneficiará nuestra salud personal, así como la de nuestro planeta“.

Beneficios para el negocio

El aumento del trabajo local está impulsado en gran medida por las grandes empresas que adoptan políticas de trabajo flexible; dejando de depender de una única sede central y, en su lugar, basando a los empleados fuera de los principales centros metropolitanos en espacios flexibles.

El estudio también revela los beneficios económicos de estos espacios suburbanos, destacando cómo la ‘economía flexible’ podría contribuir en más de 254 mil millones de dólares a las economías locales en la próxima década. Además, evidencia la creación de una media de 121 nuevos empleos en aquellas comunidades donde se ubican espacios de trabajo flexible.

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