La Covid-19 ha traído consigo una crisis sanitaria sin precedentes en todo el mundo y que ha puesto a prueba todos los sistemas de salud. La comunidad científica trabaja a contra reloj para desarrollar soluciones, frenar la expansión del virus y conocer las secuelas que deja en las personas que han superado la enfermedad, sobre todo de las que han presentado patologías severas y complicaciones. Por otro lado, directivos del sector Salud y gestores sanitarios trabajan en la reorganización de recursos materiales y humanos con el objetivo de conseguir una mejor atención sanitaria basada en la calidad y la eficiencia.
La Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA), con la colaboración de la Fundación AstraZeneca, ha puesto en marcha la elaboración de un plan asistencial para el seguimiento de los pacientes que han superado la fase aguda de la Covid-19 y sufren algún tipo de patología o secuela posterior. El primer paso ha sido crear un grupo de trabajo multidisciplinar integrado por profesionales sanitarios especialistas en el abordaje de esta enfermedad, miembros de 13 sociedades científicas y líderes de opinión en el ámbito de la gestión sanitaria.
“Los sistemas deben adaptarse para atender a estos pacientes desde la calidad y la eficiencia, al mismo tiempo que estar pendientes de nuevos brotes y mantener la atención sanitaria no Covid-19”, explica Joaquín Estévez Lucas, presidente de SEDISA y Fundación SEDISA. Por otro lado, Celia Cortijo, directora de la Fundación AstraZeneca, ha destacado que “la falta de un protocolo estandarizado común a todos los servicios regionales de salud es la razón por la que se ha puesto en marcha este proyecto. Desde la Fundación AstraZeneca, aspiramos a consolidar un Sistema Nacional de Salud más innovador, más sostenible y más participativo. Por ello, ofrecemos soluciones innovadoras como ésta, que contribuyen a la excelencia y eficiencia del sistema”.
Aún existe un alto nivel de desconocimiento sobre la Covid-19 y las consecuencias que tiene la enfermedad en los pacientes. Hoy en día, ya se están identificando algunas patologías o secuelas comunes, entre las que destacan: las complicaciones respiratorias (fibrosis pulmonar secundaria o lesiones tromboembólicas pulmonares), cardiacas (miocarditis, vasculitis o necrosis de las células miocárdicas), neurológicas (ictus secundarios y microtrombos que producen alteraciones cognitivas), nefrológicas (fibrosis renal y potenciales microtrombos) o mentales (shock post-traumático generado por largas estancias en UCI, aislamiento o las incertidumbres en la evolución).
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