El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha impuesto el estado de alarma en Madrid a pesar de la resolución del TSJM que ha tumbado la medida impuesta por el Ejecutivo para la región presidida por Isabel Díaz Ayuso. En un ejercicio de soberbia propio de él (“pero ¿de quién depende la Fiscalía?”, llegó a decir sin ruborizarse), el jefe del Ejecutivo, que cuando le interesa defiende que “hay que dejar actuar a los jueces”, se ha saltado a la torera la decisión de los tribunales y ha impuesto el estado de alarma en Madrid. Y ello, pese a que Ayuso dijera que iba a aplicar medidas “sensatas, justas y ponderadas” coordinadas con el Gobierno.
Sánchez aplica la máxima de su jefe de Gabinete, Iván Redondo: Si te marcan un gol, marca tú otro. Puro contraataque en un escenario en el que de lo que se trata es de evitar muertes y ruina económica. Pero, no conforme con eso, el presidente retó a Ayuso a contestarle antes del consejo de ministros si aceptaba las condiciones del Ejecutivo o no para llevar a cabo sus planes, condiciones que no se sabe bajo qué criterios se imponen teniendo en cuenta que el propio Gobierno reconoció que nunca existió comité de expertos alguno. Es decir, o Ayuso dictaba una orden a la medida de lo que le dictara Sánchez, o éste impondría el estado de alarma, que es lo que ha hecho. Un “chantaje” en toda regla, según interpretan en la Puerta del Sol, donde se ha trabajado a destajo para evitar la medida y llegar a un acuerdo con Moncloa.
A Sánchez le salió mal la estrategia de presión para que fuera Ayuso la que cargara con la decisión de cerrar Madrid y mandó a su lugarteniente Illa a confinar más de una decena de municipios, con la ciudad de Madrid a la cabeza. Ahora, “por sus huevos, hay que imponer el estado de alarma, una decisión demasiado arriesgada. No podemos estar todo el día cuestionando las decisiones judiciales: con la decisión sobre la posible imputación de Iglesias y ahora con ésto”, afirman fuentes socialistas parlamentarias. “Como los jueces no les dan la razón, estado de alarma. No se ha visto un arrebato de autoritarismo mayor en mucho tiempo. Es vergonzoso este espectáculo, por no decir, irresponsable hasta el límite. Estamos hablando de muertes y ruina económica”, aseguran representantes del sector médico, extenuados.
El consejo de ministros extraordinario ha aprobado el estado de alarma para Madrid durante 15 días, a los que hay que sumar los del último confinamiento. Cinco millones de personas se ven afectadas por las restricciones de movilidad. A día de hoy, los madrileños se debaten entre la indignacion y la confusión. El caos es de una gravedad extraordinaria. “No solucionan ni los contagios, ni la ruina económica. Ya no aguantamos más”, afirman miembros del sector de la restauración.
“Si Sánchez declara el estado de alarma estaría faltando a su palabra”, declaró el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. Pero ¿alguien ha dicho alguna vez que Sánchez tiene palabra? Bueno, sí la hemeroteca, que demuestra que tiene una……y su contraria.
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