La llegada de la COVID-19 ha dado un giro radical a nuestros hábitos de vida, nuestra forma de pensar y, por supuesto, a la motivación laboral. Durante las primeras semanas de confinamiento, el teletrabajo fue la solución para que muchas empresas pudieran continuar con su actividad habitual. De esta manera, también protegían la salud de sus empleados, que se adaptaron rápidamente a la nueva situación laboral. Según un estudio publicado por el Grupo Adecco, fue tal la implementación de este modo de trabajo que las videoconferencias llegaron a aumentar un 150%.
Trabajar desde casa puede llegar a implicar falta de motivación laboral, de concentración o de socialización con los compañeros. Carlos Viladrich, director de RRHH del Grupo Adecco para el Sur de Europa, cree que Europa “se debe evitar la sensación de aislamiento, mantener el sentido de pertenencia y cercanía; y la valoración y el reconocimiento son clave”.
“Es fundamental que se establezcan rutinas de comunicación, que se combinen sesiones individuales y colectivas, dar mayor estructuración a las tareas a realizar, el tiempo y las entregas. Se debe encontrar un buen balance, evitando el aislamiento o el exceso de control (es un riesgo que denota falta de confianza) y siempre es importante establecer una relación basada en la confianza, y en este caso, con el trabajo en remoto, adquiere más relevancia”, señala Viladrich.
Motivación laboral en la vuelta a la oficina
Tras estos seis meses, algunas compañías están regresando gradualmente a las oficinas de forma presencial. El director de RRHH de Adecco señala que “el reencuentro ha sido positivo, sereno y prudente. Pero decir que hemos vuelto a las rutinas anteriores a la pandemia sería faltar a la verdad. La situación de riesgo sigue ahí, y los protocolos vigentes son muy exigentes. Estamos adaptándonos a esta situación que sigue sin ser de normalidad. Pero, sin lugar a duda, hemos aprendido y adquirido más cosas buenas que malas. Lo que no quita que también hemos tenido la oportunidad de identificar áreas en las que debemos mejorar”.
Teletrabajo indefinido
En el caso de que, por cuestiones de espacio, por política de empresa o por alguna normativa, no se pueda volver a la oficina, “el formato ideal es una buena combinación entre trabajo presencial y virtual. El trabajo 100% virtual sólo es posible en determinadas tareas y siempre de forma limitada en el tiempo. Por ello, mantener rituales presenciales siempre será recomendable si las circunstancias lo permiten”, afirma Carlos Viladrich.
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