¿Cómo debe actuar un influencer corporativo?

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Iván Martín, Responsable de Desarrollo de Negocio de Consultoría HR y Formación en QUINT

Lo sucedido este año 2020 pone de manifiesto algo que cada vez era más notable antes de la gestión de la Covid-19: las grandes empresas son miméticas con las sociedades. Y ahora, que se difuminan las fronteras entre los espacios, y los tiempos, personales y profesionales, es más evidente.

La importancia de la gestión de los valores de una empresa a la hora de ‘conectar’ con ‘su sociedad’, formada por trabajadores, clientes o proveedores es máxima. Si la conciencia ecológica, o la reducción de las brechas de origen sexual, racial, generacional, educacional… eran el centro de la conversación, hoy comparten protagonismo con la gestión sanitaria, pero la necesidad de encontrar su reflejo en la empresa no ha variado.

Al abordar estas cuestiones, van a funcionar los comportamientos sociales que, en parte, son propios de esa empresa y su cultura, mientras que otros son un reflejo de la sociedad general en la que vive ‘su sociedad’ particular.

Influencia en la conversación social

Es un fenómeno de nuestro tiempo que la conversación ya no tenga como guía la ‘opinión publicada’ desde los medios. Hoy son personas que, sin partir de una posición de prevalencia – al menos, aparentemente – se erigen en influencers porque consiguen atraer a más seguidores y, superada una masa crítica, dominan los espacios de comunicación, y ahora los medios los buscan a ellos.

Aplica en recomendaciones de lifestyle, de moda, de cocina… pero también en la esfera política y el análisis económico. Hoy en día, la marca personal del analista e influencer está muy por encima de los medios donde trabaja, y ya son muchos quienes tienen espacios propios, aprovechando canales como Youtube e Instagram, y financiados a través de crowdfundings como Patreon.

Para llegar a ‘su sociedad’, las compañías deben hacer uso de los mismos mecanismos que son tendencia. El área de comunicación interna tiene que hacer lo posible por generar influencers, para que la conversación, especialmente en los temas que son de carácter más humano, esté guiada por los valores de la organización y, como debería estarlo todo en la empresa, orientada hacia la estrategia.

¿Cómo debe actuar un influencer corporativo?

 Las reglas que se deben cumplir para posicionar a estos influencers son las mismas del contexto general. Queremos personas que se muestren como tal, conocer sus vivencias, emociones y, por qué no, su contexto familiar siempre que ayude a los valores y la estrategia que se quieren transmitir.

Sus mensajes tienen que ser claros, con ejemplos que tengan reflejo en la vida diaria de quienes los escuchan y, para mantener el interés, adecuados a la actualidad, dentro de la materia que se trate.

Y es conveniente, porque es la condición humana, que tengan un posicionamiento. Esto es lo más delicado, pues se debe evitar cualquier rechazo, aunque sea de un colectivo minoritario, así que el área de comunicación interna debe vigilar qué temas no se deben tratar, y cómo se matizan los tratados, para que el posicionamiento esté el espacio de valores común a un colectivo lo más amplio posible, y, a la vez, sea ‘tolerable’ por las personas con unos valores distintos a los que predominan, dentro y fuera de la empresa.

El CEO como influencer en la organización

 Los influencers tienen que ser las personas que forman parte del C-level. Primero, porque encarnan esos valores y la estrategia; también porque es más fácil de gestionar su contribución, que, si surgieran de forma espontánea o distribuida, pero, sobre todo, porque los individuos de las sociedades de la era digital quieren poner cara y ojos a sus líderes, que se dirijan en primera persona, y que les hablen a ellos.

En la gestión de la pandemia de la Covid-19 hemos visto como muchas organizaciones han puesto en sus canales y videoblogs a sus directivos en la palestra, indicando cómo se va a actuar, qué se va a proteger y cuáles son los próximos pasos. Esta comunicación ha sido muy bien recibida por la sociedad de la empresa y, en parte, gracias a ella, las compañías han resistido la embestida de esta crisis, a pesar de los pesares.

Seguiremos Comunicando…

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