DÍA MUNDIAL DEL ASMA

El Hospital Universitario Infanta Elena apuesta por la educación sanitaria en autocuidados en el abordaje del asma infantil

El centro cuenta con una Unidad de Asma Grave que ofrece un abordaje integral y multidisciplinar de los niños con asma, cuya educación sobre su enfermedad es tan importante como la de los padres

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El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías aéreas que afecta a entre el 10 y el 15 por ciento de los niños escolarizados en España, según los últimos estudios realizados en población escolar; unas cifras que, según advierten desde el Hospital Universitario Infanta Elena, integrado en la red sanitaria pública madrileña, podrían incluso quedarse por debajo de la realidad, teniendo en cuenta los asmáticos desconocidos o no diagnosticados.

“A pesar de su alta prevalencia, el asma sigue siendo una enfermedad infradiagnosticada y a menudo infratratada, en ocasiones por manifestarse con síntomas menos típicos y no suficientemente valorados por la familia ni el médico”, explica la Dra. Laura Cabanes Colliga, especialista del Servicio de Pediatría del hospital de Valdemoro y jefa de la Sección de Neumología infantil. Por ello, añade la experta, “es importante que los distintos ámbitos sanitarios y, en especial las familias, aprendan a reconocer, o al menos sospechar síntomas sugerentes de asma o enfermedades relacionadas, para dirigirse en primera instancia a los pediatras de Atención Primaria, que evaluarán cada caso y comenzarán los primeros estudios y tratamientos, derivando posteriormente a los especialistas hospitalarios si fuera necesario”.

En este sentido, desde la Unidad de Asma Grave del Hospital Universitario Infanta Elena apuestan por la educación sanitaria en autocuidados en el abordaje de los niños con asma infantil. “Se trata de niños, a veces adolescentes, que tienen que realizar tratamientos con inhaladores -que en ocasiones son complejos de utilizar- durante mucho tiempo. Conseguir una buena adherencia es fundamental y para ello es importante enseñar a los niños a utilizar correctamente estos dispositivos, explicarles cuál es su función, que sepan cuándo tienen que utilizar cada uno de ellos, que se sientan cómodos con su uso…”, señala por su parte el Dr. Francisco Javier Ruiz Hornillos, jefe del Servicio de Alergología del centro hospitalario.

“Es importante escuchar y educar, no solo a los padres, sino también a los niños, porque así serán capaces de detectar cuándo comiencen los primeros síntomas de asma, mucho antes que sus padres, y podremos comenzar los tratamientos de forma más precoz, evitando que se desarrollen los cuadros más graves en la mayoría de los casos”, insiste el profesional.

Y es que el abordaje clínico y la educación son distintas en niños y en adultos. “Aunque el asma y la alergia comparten algunas características en adultos y en niños, el abordaje tiene que ser distinto y específico para cada uno de ellos. Las pruebas diagnósticas deben ser adecuadas a la edad del paciente y a la capacidad respiratoria de los pequeños, y las comorbilidades que presentan los niños y que pueden influir en el empeoramiento del asma son diferentes en función de la edad. En definitiva, los tratamientos deben ser personalizados para cada paciente”, recalca el Dr. Ruiz.

Unidad de Asma Grave de Excelencia

Para asegurar este abordaje individualizado, el hospital cuenta con una Unidad de Asma Grave acreditada como “Excelente” por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) en la que participan los servicios de Alergología, Neumología Pediátrica y Otorrinolaringología del centro para ofrecer un abordaje integral y multidisciplinar de los niños con asma. De este modo, la sección de Neumología Pediátrica colabora estrechamente con el servicio de Alergología y con la Enfermería especializada para diagnosticar y tratar adecuadamente a los niños y que puedan desarrollar la actividad propia de su edad.

“A los niños y adolescentes no les gusta tener una enfermedad, por lo que pueden llegar a negar u ocultar los síntomas. Hay niños con asma que cuando juegan al futbol tienen dificultad para respirar y juegan de porteros, para no tener que correr. En nuestro hospital intentamos que nos cuenten sus preocupaciones y adecuar el tratamiento a cada niño”, dice el alergólogo.

“En los primeros años de vida el diagnóstico de asma puede ser difícil de establecer, por las características especiales y de desarrollo continuo de los niños y porque otras enfermedades, bien del aparato respiratorio u otros estrechamente relacionados como el aparato digestivo y cardiovascular, pueden dar síntomas similares al asma”, indica la Dra. Cabanes.

Para diagnosticar correctamente el asma infantil en el hospital se llevan a cabo dos tipos de pruebas a fin de realizar un diagnóstico tanto funcional, como etiológico. Con las primeras se comprueba si los niños presentan hiperreactividad bronquial, inflamación y obstrucción reversible de los bronquios, que son las características del asma. Estas pruebas, diferentes en función de la edad del niño, pueden incluir espirometrías, técnicas broncodilatadoras o pruebas de esfuerzo y de función pulmonar seriadas. Además, en el Hospital Universitario Infanta Elena también disponen de una prueba que permite saber la cantidad de inflamación dependiente de eosinófilos que tienen los niños en los bronquios. “Se trata de un medidor de FENO (Fracción Exhalada de Óxido Nítrico) que nos da un valor equivalente al de una biopsia bronquial”, explica el Dr. Ruiz.

Por otro lado, el diagnóstico etiológico nos acerca a las causas que desencadenan los síntomas, para lo que se llevan a cabo una serie de pruebas cutáneas en prick y, en ocasiones, análisis de sangre que detectan IgE específica frente a posibles alérgenos que puedan ser responsables de la sintomatología en el menor.

Dada la dificultad de diagnóstico y la facilidad de confundir sus síntomas con otras dolencias o patologías propias de la edad, la Dra. Cabanes apunta una serie de señales de alerta que pueden ser de utilidad para los padres a la hora de sospechar un posible caso de asma infantil, como la dificultad para respirar o respiración jadeante y rápida; ruido silbante o pitido que se produce al respirar; tos, en general seca, persistente y que suele empeorar por la noche; o sensación de opresión o dolor en el tórax, más típico de niños en edad escolar o adolescentes.

Asimismo, añade, el aletargamiento y el cansancio, la alteración del comportamiento, la dificultad para hablar (voz entrecortada, como tras un gran esfuerzo) o la dificultad en Educación Física, sobre todo al realizar carreras intensas o mantenidas, pueden ser señales que conviene que los profesores comenten con la familia y los profesionales médicos para realizar las pruebas pertinentes y, en caso necesario, proceder con el tratamiento correspondiente.

Seguiremos Informando…

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