Televisión Española ha depositado su confianza estas navidades en Boris Izaguirre, que conducirá el especial de Nochebuena, Telepasión. Junto a él estará Ana Obregón. Ambos formarán pareja por primera vez en la historia de un formato en el que ambos debutan también como presentadores. Durante la presentación de la programación de Navidad, Boris y Ana Obregón aseguraron que este año los espectadores verían un Telepasión “mucho más guerrero y gamberro, pero con mucho amor y mucha química”.
Sobre este punto incide Boris, a quien hemos entrevistado para conocer más detalles del programa. El presentador venezolano se ha convertido en los últimos años en uno de los rostros más reconocibles de TVE. A mediados de verano se puso al frente de la nueva temporada de Lazos de sangre, cuyo último programa –dedicado a Alaska– se emite esta noche en La 1. Sobre la cuarta temporada del formato también habla a continuación.
Vas a presentar Telepasión por primera vez. ¿Cómo lo afrontas?
Es un Telepasión donde tengo poquito más participación porque soy el copresentador. Como yo digo, soy uno de los renos que acompaña a ese fantástico trineo que pilota Ana García Obregón. Me parece genial recuperar a Ana como presentadora, es fantástico devolverla a un lugar que es el suyo. Es de las más importantes profesionales de nuestra televisión, como amigo y admirador de ella es fantástico estar a su lado en este regreso necesario a la profesión. Lo vais a disfrutar enormemente porque está totalmente entregada, está plena y está tipazo, que aunque parezca un poco antiguo comentar esto es fenomenal la forma física en la que está. Es algo muy beneficioso para ella volver a casa.
Has dicho en la rueda de prensa que Ana tuvo mucho que ver en que presentes Telepasión, ¿por qué?
Ana sugirió que estuviéramos juntos, porque creo que ella necesitaba estar con alguien en quien confiar tanto como esa persona confía en ella. Yo no sé cantar ni sé bailar, estaba flipando de verme al lado de ella porque es de las grandes ligas, así que no sabía si yo estaba preparado para eso. Ella me dijo “Boris, es que no se me ocurre otra persona”.
Pero tú eres uno de los mejores showman de España
No lo sabía, me di cuenta al lado de Ana. El primer día que grabamos, estábamos vestidos y maquillados y de repente me entró el cague más grande de mi vida, sentí que me cagaba, en serio. Fui hasta Ana y le dije “estoy completamente flan, nunca me he sentido así, me impones tanto que me horrorizaría fracasar”. Ella inmediatamente me dijo “eres un actor, eso es lo que tienes que pensar, vamos a sacarlo adelante”. Yo verdaderamente dije “¿qué hago yo aquí?”, porque no soy Ramón García ni tengo la experiencia de Ana.
¿Cómo se presenta 2022 en lo laboral?
De momento quiero tomarme un descanso. El 2021 ha sido muy intenso, la temporada de ‘Lazos de Sangre’ ha sido muy larga, porque 16 galas son prácticamente dos temporadas en una. Anhelo y deseo que continúe y que sigan contando conmigo para el debate, pero es un programa que cada vez se ha ido haciendo más exigente, cada vez me he entregado más y he apartado las otras cosas, salvo el guion de la serie de Miguel Bosé, porque ya estaba comprometido.
¿Cómo va el tema de la serie?
No debería hablar más de esto. Yo soy parte del equipo de guionistas y ya están los guiones entregados y aceptados. Tengo entendido que la producción avanza. Estoy muy contento y me ha gustado mucho hacerlo, aunque ha habido momentos en que me ha costado mucho, porque lo he tenido que compaginar con la televisión y ha sido un poquito agotador.
¿Qué balance haces de las audiencias de Lazos de Sangre esta temporada?
Tenemos que seguir luchando mucho, pero siendo un programa muy humilde ha ido agarrando un espacio dentro de la parrilla. Creo que poco a poco nos hemos convertido en una competencia. Puede ser un poco soberbio decirlo, pero yo me doy cuenta de que nos ponen delante cosas para competir con nosotros. Además, hemos conseguido tener un público muy fiel, yo en todas las reuniones digo “tenemos que hacer el programa para ese público y luego ya se irán agregando más”.
¿Cuál es el episodio de esta temporada que más te ha gustado hacer?
El que vamos a estrenar este miércoles, porque son los Grimaldi. Ana se ha quedado flipadísima porque le he dicho que sale sentada al lado del príncipe Alberto. La historia es famosísima, porque confundió a un edecan de Palacio con Rainiero, lo saludó con una reverencia y Rainiero le dijo “no, señora, soy yo”. Va a ser un programa muy simpático e interesante, aunque todos estamos muy afectados por la muerte de Verónica Forqué.
Es importante que hagamos una observación de lo que acaba de pasar, la salud mental necesita más refuerzos gubernamentales, institucionales… No podemos seguir teniendo totalmente desprotegidas a las personas que son víctimas de la ansiedad, de la depresión y de su propio cerebro. La intensidad con la que vivimos nos está afectando y esto tenemos que observarlo, no podemos permitir que esto vuelva a pasar, claramente se puede evitar.
¿Cuál es el mejor recuerdo que tienes de Verónica Forqué?
Su mirada. Era absolutamente llena de luz y transparente, profundísima. Sentías que podías entrar en ella y alojarte, eso es algo que no todo el mundo tiene. En el fondo también pienso que hay que saber mirar y esa es una de las poquísimas cosas que yo sé hacer bien.
¿Crees que la televisión, los periodistas o los espectadores hemos cometido algún error con respecto a la salud mental de Verónica?
Creo que no. El error está en que no sabemos tratar la salud mental ni hablar de ello. A veces sentimos que estamos yendo en contra del sistema y que todo es nuestro enemigo, así es como te sientes en una depresión. Creo que lo que tenemos que hacer es tener más herramientas para tratarlo, para ayudar y mejorar esa condición, que muchas veces es sólo un instante que se vuelve tan oscuro que ya no ves.
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