Julio de 1997. ‘Tómbola’, producto de la autonómica valenciana Canal 9 que también se emite con notable éxito en Telemadrid, vive una de sus noches más surrealistas. Bárbara Rey llama al teléfono de aludidos y, con voz desencajada, denuncia una irrupción ilegal con registro en su casa. Quienes ven el programa que conduce Ximo Rovira dan un respigo. Algunas de las mentes se dirigen automáticamente a un único pensamiento: ¿y si fuera algo relacionado con uno de los poderes más altos del país?
En aquella época sin Internet ni foros ni redes sociales, la irrupción de la ‘vedette’ resultó todo un fenómeno. El termómetro de la época, los bares, tomó la temperatura a la cuestión. Corrían las apuestas y resonaba un nombre.
Días después, ‘Tómbola’ anunciaba la presencia en plató de Rey. Nunca llegó. Tras un episodio chusco que incluyó un encierro en un camerino de Canal Nou, la ‘vedette’, salvo una entrevista posterior y muy medida a un medio local, nunca compareció ante las cámaras. Todo estaba preparado para, en caso de hacerlo, cortar la emisión. Y todos los que vivieron esa época en la autonómica valenciana señalan un nombre: el de Jesús Sánchez Carrascosa.
Se trataba de un ‘zaplanista’ de pro, al que el entonces presidente valenciano colocó al frente de la autonómica como hombre de confianza. Estaba casado con un poder fáctico local, Consuelo Reyna, propietaria del diario local conservador más influyente, ‘Las Provincias’. Uno y otra eran considerados los custodios más poderosos del poder mediático autonómico más cercano al Ejecutivo regional.
Sánchez Carrascosa fue, en última instancia, el encargado de que Rey no apareciese en pantalla, aunque se dio por hecho que fue una simple correa de transmisión. Por entonces ya había sospechas de que quienes habían entrado en su morado podían ser ‘cecilios’, operativos del CESID, buscando documentación comprometida sobre el presunto papel de la Rey como “amiga” del Rey.
‘En casa de Bárbara’, la Arguiñano de Totana
A la Rey se le pasó la angustia, de forma definitiva, cuando comenzó a trabajar para Canal 9 en un programa de cocina, ‘En casa de Bárbara’. Dicen quienes contribuyeron a su producción que la de Totana se comportó de forma impoluta y profesional. Desde luego, los tiempos eran otros y el asunto, al lado de lo que vino después con Corinna, fue insulso. Aunque los tiempos eran otros.
Ahora, a prácticamente un cuarto de siglo de aquel asunto, Compromís quiere fiscalizar el paso de la ‘vedette’ por Canal 9, que ya no existe y que fue sustituida por A Punt. Un asunto que, visto lo visto años más tarde, fue casi de ‘Barrio Sésamo’.
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