El auge que el mundo de los videojuegos ha sufrido en los últimos años ha traído consigo la irrupción de un nuevo tipo de adicción, hasta el punto de que, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha decidido declarar la dependencia causada por los videojuegos como enfermedad mental. Este problema tiene como primeras manifestaciones: el aislamiento social, la falta de control sobre el juego o el aumento de la prioridad del videojuego sobre el resto de las actividades vitales, entre otros.
La franja de edad que comprende a adolescentes entre los 12 y 15 años es la más vulnerable a la hora de padecer esta patología mental, ya que tiende a ser la etapa con una mayor frecuencia de uso. Concretamente, según muestran los datos de diversos estudios, más de un 58% de los adolescentes juega habitualmente, llegando hasta el 86% si solo se tiene en cuenta al género masculino, que son los consumidores por excelencia de esta nueva forma de ocio, y descendiendo hasta un 30% en el caso del género femenino.
Además, los adolescentes que pertenecen a entornos familiares con un nivel socioeconómico medio y alto tienden a desarrollar más frecuentemente este tipo de dependencia. No obstante, en los últimos años, esta nueva adicción se está generalizando debido al auge de los teléfonos móviles como nuevas herramientas de juego La Dra. Cristina Giner, psicóloga clínica del Instituto Brain 360, afirma que, “unos niveles de bienestar emocional e integración social adecuados son indispensables para evitar cualquier tipo de adicción”.
Una nueva realidad
Ser gamers se ha convertido en el sueño de 1 de cada 5 adolescentes, “los videojuegos han traído consigo unos referentes totalmente distintos para las nuevas generaciones. Antes los chicos querían ser futbolistas, pero ahora muchos quieren ser gamers”. ha advertido la doctora respecto a esta nueva realidad.
Otro problema añadido a la adicción es, como ya se ha mencionado, el uso inapropiado de los videojuegos. Más de la mitad de los adolescentes juegan a videojuegos designados por el sistema de clasificación europeo Pan European Game Information como no adecuados para menores de 18 años. Este tipo de juegos tienen unos contenidos que les expone prematuramente a temáticas que, en muchas ocasiones, pueden ser demasiado violentas para su edad influenciándoles en su correcto desarrollo emocional y psicológico.
Como la mayoría de las adicciones existentes hoy en día se trata de un problema biopsicosocial. La misma Dra. Giner, explica que, “existen tres factores clave cuando hablamos de la aparición de un problema de dependencia a los videojuegos: el social, relacionado con la gran aceptación y accesibilidad a los videojuegos en nuestro entorno, así como con la posibilidad que ofrecen para poder vincularse y socializar online con otros jugadores; el psicológico, que hace referencia principalmente a cómo las personas gestionan sus propias emociones y enfrentan los problemas; y el biológico, el cual tiene que ver con ciertas vulnerabilidades biológicas”.
La neuroestimulación cerebral como tratamiento
En esta dimensión biológica de las adicciones entra en juego la estimulación cerebral no invasiva o neuroestimulación, un proceso que modula la excitabilidad de la corteza cerebral y modificar el patrón de funcionamiento de las regiones que no están funcionando correctamente. Esto permite mantener sus efectos a largo plazo y, por tanto, consigue repercutir positivamente en el tratamiento de la patología y la reducción de su sintomatología.
Antes de comenzar el tratamiento de la neuroestimulación en un paciente, se le realiza una evaluación completa a través de un estudio neurofisiológico para detectar las áreas que no funcionan correctamente, una evaluación de diferentes dominios cognitivos, así como una evaluación clínica.
El Dr. Diego Redolar, responsable de la Unidad de Neuroimagen y Neuromodulación del Instituto Brain 360 y profesor de Neurociencias de la UOC explica que “cuando aplicamos técnicas para aumentar la excitabilidad de la corteza prefrontal dorsolateral podemos conseguir una disminución del craving, un aumento del control cognitivo y una mejor regulación emocional”.
El tratamiento está aprobado por las principales agencias internacionales de medicamentos, como la US Food and Drug Administration (FDA) y Agencia Europea del Medicamento (EMA), y avalado por las guías clínicas más reputadas, NICE, CANMAT, NIMH, entre otras. Además, en España contamos con pioneros en la implementación de este tipo de tratamientos, como el Instituto Brain 360, que se ha convertido en un referente en las terapias neurológicas y psiquiátricas mediante neuromodulación.
Entre las ventajas de este tratamiento no invasivo figuran sus escasos efectos adversos y el hecho de que su aplicación se lleve a cabo de forma ambulatoria. La duración media de cada sesión es de unos 45 minutos.
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