Si nos preguntan cuál es el mejor chef que conocemos, quién hace las croquetas que más nos gustan o qué recuerdos vinculados a nuestros abuelos o padres guardamos con más cariño, seguro que la memoria de muchos nos lleva a nuestros familiares más longevos, haciendo para nosotros sus mejores guisos -nuestros favoritos, por supuesto-, y compartiéndonos en confidencia sus secretos de cocina mejor guardados para que sus sucesores podamos dar continuidad y llevar a gala las “recetas de la abuela”.
Sobre esta convicción, y con los objetivos de poner en valor el papel que desempeñan en la familia nuestros allegados más mayores, así como su legado culinario, ejercitar en este grupo poblacional importantes habilidades y aptitudes a través de actividades y tareas diarias, favorecer el vínculo familiar, tan necesario y beneficioso para ellos, y promover hábitos de vida saludables, el Hospital Universitario Infanta Elena, integrado en la red sanitaria pública madrileña, celebró el pasado jueves la primera edición de su Concurso de Cocina Generacional.
El certamen, basado en el formato de “Master Chef”, tuvo un enorme éxito de participación -con nada menos que 15 sabrosos y cuidados platos a concurso-, desarrollo, implicación y satisfacción, tanto de participantes como de organizadores, y contó, además, como invitado especial en su jurado con el cocinero del famoso programa televisivo, Pepe Rodríguez, gracias a la colaboración de la Fundación 80 Grados
“Queremos dar valor a los mayores; ellos tienen un rol muy importante en las familias, a nivel de educación, formación en valores, ayuda logística y, por supuesto, emocional; y con esta vivencia de cocinar juntos, compartir ese ratito entre abuelos y nietos, queremos contribuir a que creen y cuiden ese vínculo tan especial y que pasen su legado a sus hijos y nietos, para que les recuerden siempre”, explicó la Dra. María Herrera, jefa de los servicios del hospital valdemoreño organizadores del concurso, Geriatría y Cuidados Paliativos, y promotora de la iniciativa, junto a Cristina Sánchez, terapeuta ocupacional de Infanta Elena.
Pero, además, este certamen se alinea con uno de los tres objetivos estratégicos del centro -junto a la experiencia de paciente y la gestión responsable y eficaz de los recursos-: la educación sanitaria, la prevención y la promoción de la salud a través de hábitos de vida saludables, como es el caso de la alimentación sana y casera. Y, como apunta Sánchez, ayuda también en el trabajo de Terapia Ocupacional, “que utiliza y favorece las actividades y tareas diarias como herramientas rehabilitadoras, para poner en marcha habilidades y aptitudes muy beneficiosas para los pacientes mayores, como la movilidad, la psicomotricidad fina, las funciones cognitiva y ejecutiva o la memoria, entre otras”.
Por su parte, el reconocido chef manifestó su satisfacción por poder participar en una iniciativa tan bonita en la que, dijo, la valoración fue “muy difícil” porque para él, “todos son ganadores”. Y así lo demostró, catando, y disfrutando todos los platos presentados, por cuya realización felicitó a los cocineros, a quienes agradeció la ilusión y el esfuerzo realizado. Y es que, recordó, “sentarse a la mesa, enseñar a los nietos que cocinar hizo al hombre, también es cultura y un legado que no debe perderse”.
Los mejores platos de un concurso en el que todos ganaron
En total, 15 parejas formadas por un abuelo o abuela y su nieto o nieta, se inscribieron en el concurso, pensaron y planificaron juntos sus respectivas recetas, se grabaron cocinándolas juntos y enviaron los correspondientes vídeos al hospital, antes de traerlas preparadas al centro el pasado jueves, listas para ser degustadas y valoradas por un exigente pero cariñoso jurado en el que, junto a Pepe Rodríguez, cuatro profesionales de los citados servicios hospitalarios tuvieron que debatir duramente para seleccionar los tres platos ganadores.
Finalmente, las “Rosquillas de la abuela”, cocinadas por María Sánchez Dueñas y sus nietos Daniel R. y Alejandra R., se llevaron el Premio a la Mejor Recta, mientras que el “Guiso de cordero”, firmado por Antonia Fernández Franco y su nieta Carmen A., fue reconocido con el Premio a la Mejor Plato Salado, y la “Coca valenciana”, defendida por Chisvert Bodi y Francisco Becerra, junto a sus nietos Toni R. y Lucía R., ganó el Premio al Mejor Plato Dulce. Adicionalmente, Marcos F. F., nieto de Maria Luisa Castrillo, y co-autor junto a su abuela del “Bizcocho con peras”, recibió el Premio al Chef Junior más simpático.
Una tarde y concurso intergeneracional entrañables en el que, como dijo una de las cocineras, “solo por participar, ya hemos ganado todos, por el tiempo y complicidad compartido en familia”, y que, seguro, tendrá próximas ediciones. Todo sea por poder seguir diciendo eso de “las mejores croquetas -o rosquillas, cordero, coca, bizcocho…- del mundo son las de mi abuela… o las de mi abuelo”.
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