El 14 de diciembre se celebra el Día Nacional de la Persona Obesa. Una problemática que afecta tanto a mayores como a pequeños y que, en el caso de España, es un problema que parece ir en aumento. Actualmente, España se encuentra en el top 10 de países europeos con las mayores tasas de obesidad y sobrepeso en Europa. Según el “Informe Regional Europeo sobre la Obesidad 2022“, las tasas totales de exceso de peso (incluyendo preobesidad obesidad) se sitúan por encima del 60%, siendo más frecuente en hombres que en mujeres.
El documento publicado por la Oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Europa evidencia las proporciones epidémicas que han alcanzado la preobesidad (sobrepeso) y la obesidad en adultos en la Región Europea. Se estima que el 59% de los adultos tienen preobesidad u obesidad, con la práctica totalidad de los países superando tasas del 50%. Y es que, en muchos de estos países más de 1 de cada 4 adultos viven con obesidad.
En concreto, respecto a los hallazgos que se derivan de estos documentos, España se sitúa en la 9ª posición entre los 53 países analizados, con tasas totales de exceso de peso (preobesidad y obesidad) por encima del 60%, con porcentajes superiores en hombres que en mujeres. Las estadísticas más recientes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) muestran como en España el 25% de los hombres y el 23% de las mujeres viven con obesidad.
Obesidad infantil
Por otro lado, en cuanto a los más pequeños, el último informe del Childhood Obesity Surveillance Initiative 2018-2020 sobre la prevalencia de Obesidad Infantil en la región europea de la OMS, en la que han participado 33 países y casi 411.000 escolares muestra que el sobrepeso y la obesidad infantil son problemas importantes de salud pública por su prevalencia y su impacto sobre la salud con enfermedades cardiovasculares, la diabetes o el cáncer.
A día de hoy, el 29% de los escolares de 7 a 9 años de la región europea de la OMS tiene sobrepeso u obesidad. Los países con las prevalencias más altas son los mediterráneos, entre los que se encuentra España. Y, aunque en la mayoría de los países el exceso de peso es más frecuente en niños que en niñas, en España ocurre al revés.
Además, el análisis realizado por Iniciativa de Vigilancia de la Obesidad Infantil antes de la pandemia refleja que, en España, el 39% de los niños entre 7 y 9 años tiene sobrepeso. En el caso de las niñas de la misma franja de edad, el dato se queda en el 38%. “Estos datos superan la media europea del 29% de niños con sobrepeso y en la obesidad estamos un 4% por encima del 12% continental”, explica Mariana González, diabetóloga de la app española Sendo Diabetes, especializada en el control de la patología a través de la Inteligencia Artificial.
De lo que no cabe ninguna duda, es que vivir con obesidad aumenta el riesgo de padecer una serie de enfermedades graves, como diabetes, enfermedades cardiovasculares o ciertos tipos de cáncer, entre otras, además de que disminuye la calidad de vida y aumenta el riesgo de mortalidad.
Diabetes tipo 2 asociada al sobrepeso
El desarrollo del sobrepeso está estrechamente ligado a la aparición de diabetes tipo 2. A mayor Índice de Masa Corporal, mayor prevalencia de diabetes tipo 2. “El sobrepeso, especialmente cuando se trata de obesidad abdominal, obliga a una mayor generación de insulina para transportar la glucosa a todas las células. Eso implica un desgaste del páncreas, la disminución de la creación de insulina y la aparición de la diabetes tipo 2”, explica la especialista.
Ante tal escenario, existe el temor a que los casos de diabetes tipo 2 en menores crezca considerablemente en los próximos años. “Durante la pandemia la gran mayoría redujo su actividad física y hay estadísticas que hablan de que más del 50% engordó algún kilo en el confinamiento. En menores, esto se orienta al mayor consumo de pantallas como televisión, móvil o videojuegos que reducen la actividad física”, según González.
Un estudio elaborado por la universidad de St.George, dentro de la revista Archives of Disease in Childhood que publican BMJ y RCPCH, indicó que un 18% de los niños encuestados se pasaban tres horas o más frente a los dispositivos y que, sus resultados, mostraban una mayor propensión a tener diabetes tipo 2 dado que tanto tiempo frente a las pantallas inducía al sedentarismo. “La investigación demostró que aumentaban considerablemente los niveles de apetito. También crecía la resistencia a la insulina y los niveles de glucosa”, explica la diabetóloga de Sendo Diabetes. Sin embargo, no es el único estudio. Según los datos de 2022 de Qustodio, los menores de entre 4 y 18 años pasan una media de 4 horas al día frente a las pantallas fuera del horario escolar.
Sin embargo, pese a todo, la obesidad no está catalogada específicamente como una enfermedad, con lo que su incidencia en la sociedad solo se puede obtener a partir de encuestas, no de datos clínicos, y además las personas que la sufren son a veces señaladas como culpables de la situación. “Es una enfermedad crónica y recurrente y no una libre elección”, ha zanjado por su parte Andreea Ciudin, endocrina del Hospital Vall d’Hebron y copresidenta del comité organizador del Congreso Nacional de la Obesidad celebrado en Barcelona.
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