Al igual que en 2022 y años anteriores, la televisión seguirá funcionando como motor de la industria audiovisual y de la comunicación en 2023. Así lo constatan los datos más recientes después de que la facturación del medio televisivo aumentase un 19% en 2021, alcanzado los 7.369 millones de euros. No obstante, cabe recordar que durante la pandemia sus ingresos se redujeron notablemente.
Pese a ello, la televisión goza de buena salud. Los buenos resultados económicos cosechados durante 2021 (datos más recientes) están directamente relacionados con la buena situación que atraviesa la televisión de pago.
Los ingresos de las plataformas OTT’s procedentes de las cuotas de los suscriptores se incrementaron un 39%, según datos del Informe Anual de la Profesión Periodística de la APM. Mientras, los ingresos publicitarios de la televisión generalista crecieron un 9%.
Ambos datos sirven para dibujar la fotografía del sector: por un lado, la irrupción y consolidación de la televisión de pago, y por otro, la confianza que continúan demostrando los anunciantes en la televisión generalista y de la que depende buena parte de su facturación anual.
Cambios en los hábitos televisivos
Una de las consecuencias más inmediatas de la llegada de las plataformas OTT’s y la televisión de pago tiene que ver con nuestros hábitos. Durante los últimos cinco años, los españoles han cambiado su forma de ver y entender la televisión. De hecho, en 2021, el consumo por habitante de internet (215 minutos) superó por primera vez al de la televisión (208 minutos).
Sin embargo, hay más datos que reflejan este sustancial cambio de hábitos televisivos. Al mismo ritmo que ha ido reduciéndose el tiempo que los espectadores veían la televisión generalista, aumentaba el tiempo dedicado a la televisión de pago. Según datos de la CNMC, el porcentaje de hogares que utilizaban servicios de televisión de pago ha aumentado un 15% en los últimos cinco, pasando del 30% al 55%.
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