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Los valores compartidos como motor de la evolución humana

SEGÚN IGNACIO MARTÍNEZ, MIEMBRO DEL PROYECTO DE ATAPUERCA

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Ignacio Martínez Mendizábal es el nuevo protagonista de Mejor Conectados, iniciativa de Telefónica. Nacho, como le gusta que le llamen, es uno de los paleontólogos españoles que tiene el honor de formar parte del proyecto Atapuerca.

Además, es doctor en biología, autor de valiosos artículos en reconocidas revistas internacionales como Nature o Science, así como de libros de ensayo y divulgación científica junto a su amigo y maestro Juan Luis Arsuaga y en solitario.

Ha recibido el Premio Príncipe de Asturias por sus hallazgos sobre la evolución del hombre en los yacimientos de Atapuerca y actualmente es catedrático del Área de Antropología Física en el Departamento de Ciencias de la Vida de la Universidad de Alcalá de Henares,​ entre otras funciones.

En este encuentro, Ignacio Martínez explica cómo descifrar un poco más la historia de la humanidad, la evolución humana y los valores universales que se han ido creando a lo largo del tiempo.

“Las ideas y los valores compartidos son el cemento que cohesiona a los grupos humanos. Somos la especie que, en términos evolutivos, ha triunfado”, señala Ignacio Martínez. Esto se debe a dos aspectos: la capacidad tecnológica y la capacidad de trabajar en equipo y compartir conocimiento.

Los valores que nos distinguen

Cooperación

Las hormigas son un ejemplo muy singular para la naturaleza. Según Ignacio Martínez, estos insectos son “robots biológicos”. Su comportamiento está genéticamente regulado y responden con una reacción específica a cada estímulo, por lo que su forma de colaborar no es consciente.

Los humanos, sin embargo, tomamos decisiones que tienen que ver con nosotros y con nuestro entorno, pues somos seres conscientes y nuestros actos están motivados por razonamientos. Dicho de otra forma, hacemos lo que hacemos queriendo hacerlo.

Esto, a su vez, nos hace generosos. Las personas siempre se han caracterizado por valores como la cooperación, la capacidad de unirse para alcanzar un fin común o por esforzarse y sacrificarse por las personas que nos rodean.

“Me he especializado en ser la comadrona de los fósiles, el que los trae a este mundo. Y sin cada uno de los miembros del equipo, esto no sería posible”, asegura Ignacio Martínez Mendizábal para poner en valor la práctica del trabajo colectivo.

Tolerancia, respeto y justicia

“En este mundo tan individualista se ve que los grupos que comparten valores son los que triunfan”, señala Ignacio. La familia nos une de forma indiscutible, pero más allá de nuestra consaguineidad, existen valores que los seres humanos compartimos para construir un proyecto común.

La tolerancia, el respeto y la justicia son algunos de ellos. La justicia es fundamental para que todos los integrantes de un grupo se sientan valorados y estén de acuerdo con lo que reciben.

Asimismo, el respeto es fundamental para sentirmnos y hacer sentir al resto como iguales. Por último, la tolerancia impulsa las personas a expresarse como son y a entenderse pese a sus diferencias.

La importancia de Atapuerca

“Atapuerca es una montaña mágica”, nos asegura nuestro invitado. Se encuentra a 12 km al este de la ciudad de Burgos y su interior contiene los yacimientos más importantes de Asia y Europa para descubrir y entender la evolución de los seres humanos desde hace un millón y medio de años.

Comenzaron a tener relevancia a nivel científico y social tras el descubrimiento de los restos de la Sima de los Huesos en 1992. Dos años después se produjo el hallazgo de dos restos humanos de una nueva especie desconocida hasta entonces, el Homo Antecessor. Resultado de este hito del siglo XX, la UNESCO declaró los yacimientos de la sierra de Atapuerca Patrimonio de la Humanidad en el año 2000.

Al margen de esto, cabe preguntarse por qué es tan importante para Ignacio Martínez. “Interpretamos el pasado en función del presente”, explica, y haciendo un comentario divertido asegura que “los huesos están rotos y son viejos”, pero que a través de ellos no podemos conocer directamente la historia de la humanidad.

Sin embargo, además de los valores, hay un aspecto más que todos los humanos tenemos en común: el llamado “sentimiento poético”. Todos los seres humanos nos emocionamos ante determinadas cosas y eso nos conecta sin necesidad de palabras.

“Solo hay un primate en la biosfera actual que vuele y somos las personas”, porque cuando conectamos, podemos hacer cosas increíbles. “Volamos por nuestro talento, por la fuerza de nuestra voluntad y porque ha sido un sueño compartido”, resume Ignacio.

Seguiremos Informando…

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