La ‘nueva’ Mediaset está demostrado ser, en realidad, la misma de siempre. Cambian los actores en pantalla pero siguen los mismos modos, por mucho código ética y otras zarandajas. Los espacios de actualidad del grupo televisivo se están dando un atracón de vísceras y amarillismo a costa de Daniel Sancho y su víctima, Edwin Arrieta. Todo con escaso respeto, a pesar de los comunicados y las promesas de Frank Blanco y compañía sobre el compromiso de Mediaset para aliviar la pesada carga de la familia.
Lo cierto es que existe una competencia absoluta entre los espacios de Mediaset, en una guerra permanente por subir el listón de las “exclusivas” que ha llevado, incluso, a desmentidos entre programas.
Uno de los ejemplos más representativos está siendo el ‘Código 10’, de Nacho Abad y David Alemán, que ha conseguido salir del pozo de audiencia en que se encontraba sumido en Cuatro a costa del asesinato de Arrieta por parte de Sancho. El espacio se ha configurado como una presunta vanguardia de la información sobre el caso. Sin embargo, ha hecho gala de sensacionalismo y escabrosidad, con informaciones y detalles sobre lo sucedido que sólo satisfacen la curiosidad más morbosa y malsana.
Una situación que, además, sólo contribuye a crear ‘tierra quemada’ con los familiares de Sancho y con lo de Arrieta. En otras ocasiones, desde Mediaset se ha caído en aguas cercanas al ‘blanqueamiento’ del asesino, aludiendo a unas presuntas amenazas de la víctima que incluirían a los familiares de su ejecutor. O a un presunto chantaje de Arrieta contra Sancho con fotos sexuales a través de unos mensajes que éste se encargó de borrar.
Pero sin duda lo último, que ha sorprendido hasta en Mediaset -donde ya tienen callo en sucesos cuasi-paranormales en lo informativo- es el donde dije, Diego sobre la no estancia de Sancho en la prisión de Kho Samui, que según la entrevista concedida por el número 2 de la Policía tailandesa, Big Jorge, nunca estuvo recluido allí.
Tras publicitar a bombo y platilla dicha exclusiva, los espacios de Mediaset tuvieron que recular y desmentir la propia noticia, atribuyéndola a una mentira del policía. Otro lío más.
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