En Barcelona se echan las manos a la cabeza, ¿sorpresa? No, realidad. Porque cuentan que hay una agencia de comunicación que se quiere quedar con todo. La mueven los antiguos de CDC para hacer sus negocietes. E intentan enlatar todos los contratos que pueden… Son más de diez y quieren todo para ellos. Y, ¿qué hacen las demás agencias? El sueño de los justos está por llegar, sólo hay que esperar.