Ella dejó encima de la mesa de su directora la carta de dimisión. No se la había valorado y en su caso quería irse. Le habían dado dos infartos del Covid 19/20, nada importante, pero su corazón le pedía parar. No ha contado nada a sus compañeros porque tiene miedo a que la arrinconen más. Ayer dejó este mundo para pasarse al otro lado. Los que se quedaron allí ya no la echan de menos, hablan de ella en pasado y su nuevo cargo le permitirá ser la jefa de los que la denostaron. ¡Vamos!, con un par.