Lo dijo Pablo Motos y nadie le creyó: la entrevista llena de ‘zascas’ por parte de Sofía Vergara estaba pactada. Cuando el presentador de El Hormiguero, tras varios días guardando silencio ante los ataques por parte de medios y activistas políticos, desveló la cuestión, muy pocos le creyeron. Todo lo contrario, incluso aseguraron que era una maniobra para justificar lo que había sucedido. Sin embargo, las cosas han cambiado cuando ha sido la propia Vergara la que ha contado con todo detalle cómo se pactó la entrevista y ha asegurado “adorar” a Motos.
De repente, con Vergara se ha hecho el silencio absoluto. El enmudecimiento contrasta con el ruido de aquellos que, una vez más, se lanzaron como una jauría contra Motos. Se demuestra, por primera vez de forma clara, que lo que hay tras el presentador de El Hormiguero es una persecución político-mediática. Y es que la rectificación de aquellos que salieron con el cuchillo en los dientes contra Motos está por llegar y da la sensación de que ya podemos esperar sentados…
¿Alguien ha visto algún titular en Público sobre las declaraciones de Vergara después de la batería de titulares contra Motos, incluyendo “Pablo Motos dice que los ‘zascas’ de Sofía Vergara fueron pactados y los tuiteros le dejan en evidencia”? ¿Y alguna sesuda columna prefabricada de ‘El País’ por parte de alguna de las habituales a las cenas del difunto Barroso envainando los adjetivos? ¿Tal vez una contraportada de El Periódico de los Moll que luego mandan a Carmelo Calvo, a pedir favores con el ignoto invento de ‘EPE’? ¿Quizá una mirilla de las que le gustan (¡ay, bandido!) al conde de Godó y su corte de paletos con ínfulas de cosmopolitas, bien subvencionadas por la Generalitat, y siempre en búsqueda de un buen postor ‘indepe’?
Este asunto ha demostrado lo que estaba claro: la existencia de una campaña organizada contra Motos, en la que medios conocidos por su cercanía a ciertos ámbitos políticos mojan la salsa. Un guiso indigesto en el que también meten el chusco, los que se dejan llevar por el ‘clickbait’, la mala baba y los pellizcos de monja y que ahora andan buscando el bicarbonato. Y es que se la han comido doblada y ahora no consiguen digerirlo. Por eso no hablan.
¡Vamos, máquinas!
Seguiremos Infopinando…