UNA PLANTILLA DESCONTENTA CONLLEVA UNA MALA REPUTACIÓN

Ford intenta esquivar una crisis de imagen tras anunciar un nuevo ERTE

EN LA FÁBRICA DE ALMUSSAFES (VALENCIAi)

La empresa intenta justificar la decisión de despidos debido a la “bajada de producción”, pero ¿cuál es la mejor forma de comunicar un ERTE para evitar la mala reputación de una compañía?

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Esta semana, la dirección de Ford ha comunicado a los sindicatos la decisión de aplicar un  Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) en la fábrica de Almussafes (País València) ante el descenso de la producción. En concreto, según han dejado claro, el ERTE se extenderá hasta el próximo mes de abril y afectaría a unos 750 trabajadores diarios de forma rotativa, según han informado fuentes sindicales.

Según han comunicado desde la compañía dedicada a la automoción, para rebajar las tensiones y calmar los ánimos entre los trabajadores, respecto a la afectación de este nuevo ERTE, en las plantas de vehículos se establecerá una parada parcial de 750 trabajadores diarios en forma rotativa “donde sea posible”, con una duración máxima de 15 días, mientras que en la planta de Motores será una parada “equivalente a cuatro días de producción”.

Pues bien, con esta situación, sesde UGT; sindicato mayoritario, se han mostrado “abiertos a abrir una ventana de negociación de manera parcial y acotada en el tiempo”, avanzado ya que trasladarán a la dirección que están dispuestos a negociar un ERTE que en ningún caso vaya “más allá” de las vacaciones de Pascua (28 de marzo), mientras la fábrica espera “noticias sobre inversiones y carga de trabajo”.

Gran incertidumbre para la plantilla

Y es que, aunque UGT junto con  STM Intersindical, otro de los sindicatos con fuerte implantación en la planta de Ford Almussafes, han pedido prudencia y esperar a que hoy se reuna la comisión negociadora para conocer al detalle “las condiciones económicas y la calendarización” que plantea la compañía para este nuevo ERTE, los trabajadores se encuentran nerviosos ante lo que pueda pasar con sus puestos de trabajo.

Como bien han denunciando los principales representantes de los trabajadores, la plantilla sufre una “incertidumbre brutal” debido a una congelación salarial “en los peores años de inflación desde hace más de un cuarto de siglo”, mientras espera “unas condiciones económicas que no van a ser buenas, junto con una carga de trabajo que todavía no se ha anunciado” y que claramente, será mucho mayor.

De hecho, es importante destacar, que este no es el primer problema al que se enfrenta la compañía y sus empleados, La fábrica valenciana lleva encadenando diferentes ERTE desde 2020 y prorrogó el último expediente hasta 30 de junio de 2023 debido a la inestabilidad en el suministro de semiconductores y componentes derivados.

Una situación que vulnera la imagen de la compañía

Por tanto y a pesar que el ERTE es una forma de no proceder a los despidos directos, es decir, una manera de “favorecer” a los trabajadores. La realidad es que estos expedientes afectan mucho a la calidad de vida de la mayor parte de la plantilla, Durante las paradas de producción, los trabajadores únicamente perciben un 80% de su salario, sabiendo además, que cuando regresen a sus puestos la carga de trabajo será mayor.

Pues bien, en este sentido, es importante recordar el hecho de que unos empleados descontentos, son parte también de la imagen de la misma, de esa imagen que se llevan los clientes. Normalmente, es el cliente final el que va a pagar los platos rotos de un empleado descontento, pero esto no es lo único en lo que la empresa se va a ver afectada ante un empleado con incertidumbre. Un trabajador que no se siente bien en su puesto de trabajo suele caer en olvidos o fallos que suponen graves consecuencias.

Es decir, de manera interna, los empleados infelices provocan problemas de comunicación, de desorganización y, a largo plazo, la posibilidad de crear una fama de “mala empresa para los trabajadores” que a posteriori no es fácil cambiar. Todo esto influye de manera negativa en el negocio y en los resultados de la empresa.

En definitiva, estas circunstancias pueden darse en cualquier tipo de empresa, sea del tamaño que sea, y muchas de ellas acaban siendo conocidas por la fama que sus empleados han generado de ellas. Y, mejor si es buena, porque al final, suele ser lo que queda en la mente de los clientes a muy largo plazo. Como ya se ha mencionado, sambiar la imagen de “mala empresa para los trabajadores” acaba suponiendo esfuerzos y gastos extra para el negocio.

Seguiremos informando…

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