Macarra todo el rato y ministro cuando le interesa, que la política de comunicación del Gobierno esté en manos de Óscar Puente dice todo. “Esto, con Barroso, no pasaba”, dicen algunos. O sí. Pero es lo que tiene poner a un ‘hooligan’ en un Ministerio. Dice bastante que un ministro de Transportes ande persiguiendo y fajándose con periodistas en las redes sociales en lugar de preocuparse por la gestión de su área, que no es manca. Sin escoltas y sin el aforamiento, no sería más que un gañán. En Valladolid, donde le sufrieron, respiran aliviados: “Tanta paz lleves como dejas, ‘Morrochoto’.