Pedro Rocha, el hombre que sustituyó a Luis Rubiales al frente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), se encuentra en el epicentro de la tormenta interna que vive desde hace meses la Federación. Su candidatura para dirigir el fútbol español, inicialmente sólida, ahora se tambalea debido a una mala estrategia que ha destapado su implicación en el ‘caso Brodie’ y el expediente sancionador abierto por el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD).
En concreto, Pedro Rocha, que emergió de las canchas de fútbol sala para liderar la RFEF, enfrenta un momento crítico en su carrera. Su relación con Rubiales, su trayectoria y los casos de corrupción recientes son los hilos que le están llevando lejos de sus objetivos profesionales. Actualmente, el futuro de Rocha pende de un hilo, y el fútbol español. que sigue dividido. aguarda el desenlace.
Falta de transparencia ante la justicia, la RFEF y los medios
Pero bien, en todo este camino de escándalos y detrás de los errores cometidos por Rocha en los últimos meses, el exfutbolista no ha estado solo. A día de hoy, y mientras no sea presidente en ejercicio, la estrategia de su candidatura se encuentra en manos de STRATEGO, consultora especializada en procesos regulatorios vinculados con la toma de decisiones a todos los niveles: Europa, España, Comunidades Autónomas y Ayuntamientos. Con capacidad para ayudar a incidir en la normativa que afecta a sus clientes para lograr cambios reales.
Una agencia, por tanto, con experiencia en el sector de los Asuntos Públicos que en el caso del presidente de RFEF no está teniendo el resultado esperado. Tanto sus delaraciones ante el juzgado, como su papel ante la prensa, han dejado a la luz una falta de transparencia en sus acciones que ha llevado al presidente a ser cuestionado por los medios e incluso por la justicia, quién decidió suspender el interrogatorio del pasado viernes y citarle de nuevo como investigado.
Pero, ¿es esto culpa de su equipo de comunicación? La forma de comportarse de Rocha ante los medios y los jueces encargados de la investigación de Rubiales, viene de lejos y es que por muchoas asesores que tenga se trata de un hombre consttuido a la antigua, para el que su estrategia personal, no tiene el valor social que se merece.
Este mismo viernes, sin ir más allá, el expresidente de la Comisión Gestora de la RFEF, acudió al juzgado de Majadahonda (Madrid) por la investigación del ‘caso Brody’, en la que, debido a sus declaraciones y como ya se ha mencionado, ha pasado de ser investigado a imputado. Además, el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) ha abierto expediente por infracción “muy grave” a Rocha al no convocar elecciones en su momento y extralimitarse en sus funciones.
Pero, además de este inesperado giro de los acontecimientos, en su atropellada salida de los juzagdos la prensa vivió un momento surrealista protagonizado por el candidato a presidente de la RFEF. Este, tras declarar ante la jueza intentó eludir las preguntas de los periodistas fingiendo que hablaba por teléfono, cuando de repente su móvil recibió una llamada, dejando claro que simplemente estaba fingiendo para no atender a los medios de comunicación y desvelar su imputación.
En definitiva, el último reducto del rubialismo, a pesar de sus intentos fallidos por desligarse de cualquier relación con el expresidente, se enfrenta al momento más crítico de su carrera. La sombra de la corrupción, su falta de transparencia ante la justicia, su mala gestión como presidente en funciones de la RFEF y su mala relación con los medios, situan a Rocha en el centro de los cuestionamientos.
El TAD ha ordenado repetir las elecciones que él ganó, y su papel en la presunta trama de desvío de fondos ha puesto en jaque su candidatura. La decisión de suspenderlo está en manos del Consejo Superior de Deportes (CSD), y la incertidumbre prevalece.
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