Al final va a ser como lo del chiste del oso y el cazador: “¿Tú no has venido a cazar, verdad?”. Al del bigote flojo, ingeniero de mil chanchullos metido a activista gubernamental (antes, en la leal oposición del beso en el culo a Soraya) le dio un repaso el otro día Arturo Pérez-Reverte que todavía anda buscando las piezas de la dentadura. Cochero de Drácula, plasta pedante e insoportable y pagado de sí mismo (y de Florentino, por pena), algún día habrá que recordar lo del ‘Diario Libre’ de Román Orozco.