EL MINISTRO DE EXTERIORES PREFIRIÓ LA REUNIÓN DE LA VANGUARDIA AL REY

ALBARES Y LA FIESTA DEL CONDE

EL DIPLOMÁTICO QUERÍA ESTAR CERCA DE LOS CÍRCULOS DE PODER

La decisión de Albares de asistir a la fiesta del conde de Godó en lugar de acompañar al Rey, subraya su interés en fortalecer relaciones dentro de ciertos círculos sociales y políticos.

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Se ha conocido que nuestro Kissinger favorito de bolsillo, José Manuel Albares, prefirió una fiesta del condado de Godó antes que la compañía del Rey en un viaje oficial. Lo de Albares da para cortar mucha tela, y es que no deja de sorprender que se rechace acompañar al Jefe del Estado para no perderse la fiestuqui de los propietarios de ‘La Vanguardia’.

Son las cosas de estos nuevos carbonarios: pueden desdeñar al monarca, pero luego perder el culo por ‘pelotear’ a un aristócrata grande de España y sentarse en una mesa con media docena de ganapanes.

Dicen que Albares está contento porque ‘El País’ del Armenio impronunciable y Josemi de Pedro Sánchez se marcó una página contando cómo ha actuado, duro e implacable, contra los vestigios franquistas en las embajadas. Al fin y al cabo, no todos los días el BOE sanchista te pasa la mano por el lomo. Claro que, para vestigio franquista, lo de meter a matrimonios amigos -sobre todo si eran ‘top’ de la comunicación- en la embajada y luego colocar a la esposa del colega en el Ministerio. ¡Ay, si ladrara Pastor alemán! Pero no ladrara porque, ¿para qué? ¡Que venga la asesora y ponga al ministro de modelo de uniforme diplomático!

Lo bueno que tiene Albares -al menos, para él- es que en España hay muchos amigos de los chinos, y eso une una barbaridad. Tal vez ahí esté la clave de que el ministro sea tan bien querido en ámbitos que, aparentemente, representan todo lo contrario a él: en que la amistad china derriba murallas ideológicas y engrasa compañeros de distintas cuerdas. Todo queda en familia, aunque en la Cuesta de las Perdices se hagan cruces con ciertas compañías. Pero no se preocupen, que no escucharán a Sanz Roldán pregonarlo -ahora- desde los vetustos salones del Ateneo de Madrid, donde cortan tela Luis Arroyo y su Pepita de Prisa y olé. Y es que son una gran familia, todos. Lo mismo te asesoran al PSOE y te ponen cargo en Prisa que te hacen pasar de Huawei a Hispasat.

La decisión de Albares de asistir a la fiesta del conde de Godó en lugar de acompañar al Rey, subraya su interés en fortalecer relaciones dentro de ciertos círculos sociales y políticos. Esta preferencia por eventos sociales de alto perfil sobre funciones oficiales plantea preguntas sobre sus prioridades y lealtades. Además, su satisfacción por el reconocimiento de ‘El País’ destaca su necesidad de validación pública y aprobación mediática, especialmente en temas de política exterior y diplomacia.

Por otro lado, la referencia a las conexiones con China pone de manifiesto la influencia que estas relaciones pueden tener en la política nacional. Albares ha sabido navegar y beneficiarse de estas conexiones, lo que le ha permitido mantenerse en una posición de poder y respeto en diversos ámbitos. Este tipo de maniobras políticas, aunque cuestionables, demuestran su habilidad para jugar en diferentes tableros al mismo tiempo, manteniendo su relevancia y utilidad para distintas facciones políticas y sociales.

El caso de Albares y la fiesta del conde de Godó es un ejemplo claro de cómo las relaciones personales y las prioridades sociales pueden influir en las decisiones políticas y diplomáticas. Este tipo de situaciones reflejan las complejidades y contradicciones inherentes en la política moderna, donde la imagen y las conexiones a menudo pesan más que las responsabilidades oficiales y los compromisos institucionales.

Seguiremos Informando…

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