Recientemente, la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), en colaboración con la consultora Torres y Carrera, presentaron el estudio “Diagnóstico del estado de la conciencia social en España”. Entre las conclusiones, destaca que el 80% de los españoles considera que nuestra sociedad no sabe discernir entre el bien y el mal, que casi la mitad opina que la tecnología favorece comportamientos poco morales, y que políticos, periodistas y empresarios son los colectivos peor valorados en términos de liderazgo social.
Para ahondar en el tema, desde PRNoticias hemos conversado con Bárbara Navarro, socia directora de Torres y Carrera.
“El diagnóstico de la conciencia social en España es un trabajo que pretende tomar el pulso a qué percepción tiene la sociedad española sobre la conciencia del individuo y de la sociedad. Se trata de una investigación que desemboca tras cinco años de investigaciones de Torres y Carrera y la UCM relacionadas con las denominadas fake news y que en 2023 concluyeron en el libro Un mundo de mentira publicado por nuestro director general, Xurxo Torres. Tras estas investigaciones, el foco lo situamos ahora en las consecuencias de esa mentira en nuestra sociedad -y la polarización que la acompaña- y desembocará en el trabajo Conciencia, reputación y liderazgo que verá la luz en los próximos meses”, nos explicó sobre la importancia del estudio.
¿Quiénes lo han elaborado, cuándo y cómo?
En Torres y Carrera llevamos cinco años colaborando con la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM desarrollando sucesivas investigaciones por lo que este diagnóstico se plantea como un desencadenante natural de los trabajos anteriores. Para ello, hemos llevado a cabo un estudio demoscópico a través de un cuestionario on line validado por la UCM durante el mes de abril y mayo, que se complementa con diversos focus groups y entrevistas personalizadas con el fin de ofrecer una visión completa de cómo está el panorama actual en cuanto a la conciencia.
¿Cuál es su utilidad para los consultores en temas de Asuntos Públicos?
Nuestro planteamiento es que para poder realizar una consultoría de calidad y que aporte valor a nuestros clientes, es importante conocer el entorno en el que operamos, no sólo en términos económicos, también sociales que son los que quizá menos exploramos y más necesitamos. Porque necesitamos saber qué es lo que nos mueve y lo más importante, por qué nos mueve. Todo esto nos empuja a estar en permanente búsqueda de conocimiento y entendimiento de la sociedad. No podemos asesorar sin entender nuestro entorno.
¿Qué valoración hacen los organizadores de que el 80% de los españoles considere que la sociedad no sabe discernir entre el bien y el mal?
Es curioso que cuando hacemos esta misma pregunta sobre si personalmente somos capaces de discernir el bien del mal, estos datos cambian. Y es que parece que atribuimos a la sociedad una brújula moral muy deteriorada mientras que para nosotros mismos empleamos un diagnóstico mucho más bondadoso.
¿Qué resultados ha arrojado el estudio en cuanto al uso de la tecnología?
El 49% considera que la tecnología favorece comportamientos poco morales, es decir, casi la mitad de los españoles señala a la tecnología como cómplice necesario en el deterioro de nuestra conciencia social. Sin embargo, al señalar a la tecnología nos olvidamos de que no es buena ni mala y que es la persona, la responsable última de sus alcances.
¿Qué resultados arroja sobre el liderazgo de los políticos y empresarios?
En este primer diagnóstico del estado de la conciencia social en España, los tres poderes del sistema representativo (ejecutivo, legislativo y judicial) salen mal parados. Y a ellos se les suma el denominado cuarto poder (periodistas), el poder económico (empresarios) y los guías espirituales (personas relacionadas con la religión). La sociedad señala al ciudadano de a pie como un colectivo referente en cuanto a comportamiento ético solo precedido por los voluntarios y las ONG’s.
¿En qué estamos fallando como sociedad?
El estudio nos dice que atribuimos a la sociedad una mayor preocupación por los problemas globales que la que nos otorgamos a nosotros mismos por una cuestión de pragmatismo vital. Es cierto que nuestras observaciones apuntan a que la polarización de la sociedad y esa culpabilidad que trasladamos al grupo y no a nosotros mismos nos ha llevado a un fallo en los liderazgos.
Seguiremos Informando…