NINGÚN PAÍS DE LA UE PUEDE PROHIBIR QUE LOS LLAMEN “HAMBURGUESA VEGETAL”

“Comer puede matar” y el debate acerca del etiquetado de los alimentos vegetales

MARC COLOMA, COFUNDADOR Y CEO DE HEURA FOODS, ABOGA POR UNA REGULACIÓN MÁS ESTRICTA DE LA PUBLICIDAD DE PRODUCTOS DAÑINOS

Piden que se hagan campañas informativas basadas en evidencia científica sobre productos vinculados a enfermedades crónicas, así como que se derogue la actual legislación de bienestar animal “ya que no garantiza dicho bienestar”

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El debate que se ha abierto en tribunales acerca del etiquetado de los alimentos vegetales, especialmente la hamburguesa vegetal, y sus posibles confusiones en cuanto a su origen, pica y se extiende. El Tribunal de Justicia Europeo dictaminó, el pasado 4 de octubre, que ningún Estado miembro puede prohibir a los fabricantes que llamen a sus productos “hamburguesa vegetal”, y el PSOE en España ha liderado una iniciativa contra lo que denominan “publicidad engañosa de los productos veganos”. Pero ¿cuál es la postura de los productores de “carnes vegetales”?

En España, la foodtech Heura Foods ha elevado el debate a la esfera de la comunicación y el marketing. A través de su nueva campaña y petición en Change.org “Comer puede matar“, ha lanzado un llamado para exigir que se implementen etiquetas claras que no oculten los efectos negativos de alimentos masivamente consumidos y dañinos para la salud.

Marc Coloma, cofundador y CEO de Heura Foods, lo tiene claro: “Lo que debería preocupar a las instituciones y que sí genera confusión es ocultar las consecuencias para la salud del consumo de muchos alimentos que forman parte de las dietas de la gran mayoría de españoles”.  

“Comer puede matar”

Heura Foods, la foodtech líder en alimentos de carne vegetal, toma partido en el debate sobre el etiquetado de los alimentos vegetales y sus posibles confusiones en cuanto a su origen con alimentos como la hamburguesa vegetal con el objetivo de concienciar y empoderar al consumidor para tomar decisiones alimentarias informadas, a la vez que pide medidas urgentes para proteger a la población de los alimentos nocivos que forman parte de la dieta.

Dirige la conversación también hacia la esfera política, a la ciencia y a los datos, alertando sobre el consumo de carnes procesadas asociadas al cáncer y a enfermedades cardiovasculares, recordando que hay evidencias científicas de la OMS.

“Como consumidores, tenemos derecho a conocer tanto los beneficios como los riesgos de los alimentos que compramos. Los productos asociados a enfermedades graves, como el cáncer y la diabetes, deberían llevar advertencias claras y transparentes en sus etiquetas, tal como ocurre con el tabaco. La evidencia científica es contundente: ciertos alimentos contribuyen al aumento de enfermedades cardiovasculares, las cuales son las principales causas de muerte a nivel global según la OMS” dice Coloma.  

Por una publicidad “más estricta”

Comer puede matar” aboga por una regulación más estricta de la publicidad de productos dañinos, especialmente en horarios de máxima audiencia que pueden influir en niños y grupos de población vulnerables. También pide la implementación de políticas fiscales que promuevan un consumo más saludable, como un impuesto sobre alimentos procesados no saludables, similar al impuesto sobre el azúcar y acabar con las subvenciones a industrias que dañan nuestra salud y el medio ambiente, redirigiendo esos recursos hacia alimentos sostenibles y nutritivos. 

Asimismo, persigue que se hagan campañas informativas basadas en evidencia científica sobre productos vinculados a enfermedades crónicas, así como que se derogue la actual legislación de bienestar animal “ya que no garantiza dicho bienestar”, aseguran. 

“Promover e invertir en una alimentación saludable hoy no solo mejora la calidad de vida de las personas, sino que también representa un ahorro significativo a largo plazo. Cada euro invertido en la reducción de dietas no saludables genera un retorno de más de 12 euros en ahorro de tratamientos para enfermedades prevenibles. No podemos seguir ignorando estos riesgos, sus costes ni su impacto ambiental”, concluye Marc Coloma. 

Seguiremos Informando…

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