En la última edición de ’59 segundos’ el empresario mediático amigo de Tatxo Benet, productor del espacio de TVE a través de Mediapro, se llevó un chasco. Y eso que tuvo la suerte de que en el garabito que le ha proporcionado dicha amistad -así como el apoyo, vía CC.OO., a Conchi Cascajosa, que después del ‘decretazo‘ de Moncloa debería ir calentando por si regresa el ínclito José Pablo López- no entró en ciertas cuestiones a pesar de que las daba la noche.
Pero volvamos al principio. Y es que Iglesias se erigía en gurú en la noche de desmontar al adicto Iñigo Errejón. El hombre de Galapagar puso rostro serio, eludió contestar sobre lo que se sabía de las perversiones de su antiguo amigo y compañero de correrías hasta hace poco más de un año y se elevó de forma paternalista. Mientras, Ana Pardo de Vera desgranaba cómo se había desarrollado el asunto y Esther Palomera aseguraba que las mujeres del Congreso se mensajeaban con ‘warnings’ sobre el rijoso Errejón. Sin que nadie, por cierto, diera la voz de alerta pública hasta el jueves pasado. Algo de lo que habrá que hablar a su debido tiempo. ¡Vergonzosos silencios!
Con estos mimbres, Iglesias no se esperó lo que vino. Probablemente saboreando todavía la pésima intervención de Elisabeth Duval como portavoz de Sumar unos minutos antes (lo que demuestra que las redes y la intelectualidad no garantizan ser un hacha en la comunicación, sino más bien lo contrario, como pudo comprobarse), Iglesias fue a encontrarse de morros con una Macarena Olona cuyas primeras declaraciones fueron “es un pirómano de la democracia”. Y a partir de ahí, el diluvio y los lloros y denuncias de fascismo y crispación a posteriori. Fallo en la Matriz de ’59 segundos’, donde el ex vicepresidente ejerce de oráculo de Galapagar.
Aún así, pudo darse con un canto en los dientes. Jugaba en campo amigo y, pese al fallo, Olona salió de allí sin mención alguna a lo de azotar a Mariló hasta que sangrase o a aquella otra rocambolesca historia de ir a refrescarse al lavabo, según testimonio de una antigua alumna. Tampoco el hecho de que nadie pusiese sobre la mesa si estos comportamientos aparecieron por generación espontánea tras su salida de Podemos o el muchacho ya venía así de serie. Y ojito, porque aquí hay para dar y tomar entre los mismos que hasta el miércoles pasado le reían las gracias al caído en desgracia y ahora le queman en la pira pública.
Seguiremos Informando…
