El contrato presentado por el Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO) a las empresas de clipping, que gestiona los derechos de autor sobre contenidos periodísticos, está generando revuelo en el sector de la comunicación. Varios expertos y empresas han calificado de” software espía” porque las condiciones impuestas no sólo limitan la operatividad de las firmas de seguimiento de medios, sino que también podrían poner en riesgo la privacidad y confidencialidad de toda la cadena de valor de la comunicación en España.
Pretender ejercer un control absoluto a través de APIs obligatorias
El contrato de la entidad dirigida por Jorge Corrales, establece que las empresas de clipping deben implementar sistemas de trazabilidad y control mediante APIs proporcionadas por CEDRO. Según el texto, estas herramientas deben garantizar la “integridad, disponibilidad, autenticidad y trazabilidad de usos y reportes” y permitir a CEDRO acceder a los sistemas internos de las empresas para realizar auditorías exhaustivas.
En este sentido, el representante de una empresa de seguimiento de medios, que prefiere mantener el anonimato para evitar represalias de la organización presidida por Carme Riera, declaró con rotundidad: “La obligación de instalar estas APIs es intrusiva. Nos obligan a abrir nuestras bases de datos, comprometiendo la seguridad de nuestros clientes y empleados. Es una herramienta que se asemeja a un software espía disfrazado de control de derechos.”
Auditorías sin límites claros
El contrato también otorga a CEDRO la capacidad de realizar auditorías anuales o incluso auditorías “express” con un aviso de tan sólo 48 horas. Durante estas revisiones, CEDRO puede acceder directamente a los sistemas informáticos de las empresas, revisar contratos y extraer datos relacionados con los artículos que han sido gestionados por los clientes y sus usuarios.
Fuentes jurídicas expertas en propiedad intelectual, expresan: “Estas auditorías son una intromisión sin precedentes en la actividad empresarial. Aunque el contrato menciona la protección de la confidencialidad, no existen garantías reales de que los datos no sean utilizados de forma indebida.”
Impacto en la confidencialidad de los clientes
El contrato especifica que las empresas deben reportar diariamente a CEDRO toda la información sobre los contenidos utilizados, incluyendo datos sobre clientes y usuarios finales. Esta cláusula ha suscitado alarma en el ámbito corporativo y gubernamental, ya que muchas de estas empresas trabajan con información sensible.
Otro portavoz de una empresa afectada, que tampoco quiere que se publique su afiliación, afirmó: “Los clientes confían en nosotros para proteger su privacidad. Con este contrato, estaríamos obligados a compartir información detallada sobre sus actividades, lo que vulnera nuestro compromiso de confidencialidad; el IBEX, los bufetes de abogados, los bancos de inversión, las instituciones de todo rango, personalidades, líderes de opinión, embajadas… están impactadas de inmediato y gravemente afectadas.”
El debate sobre la necesidad y la proporcionalidad
Aunque CEDRO justifica estas medidas como esenciales para garantizar el respeto a los derechos de autor, críticos argumentan que el nivel de control que busca imponer excede cualquier necesidad legítima. En palabras de una directora de agencia de comunicación: “Es paradójico que, en nombre de proteger los derechos de autor, se ponga en peligro la privacidad de todos los actores del sector de la comunicación; nosotros no podemos aceptarlo por los contratos que tenemos firmados con nuestros clientes.”
El contrato también prohíbe explícitamente el uso de sistemas de inteligencia artificial generativa para crear nuevos contenidos a partir de las noticias, limitando el uso de estas tecnologías únicamente para procesos internos de eficiencia . Esto, según algunos analistas, representa otro ejemplo de las restricciones que CEDRO busca imponer al desarrollo de la Industria.
La implementación de este contrato plantea preguntas sobre el equilibrio entre la protección de los derechos de autor y la privacidad de las empresas y sus clientes. Mientras CEDRO defiende su posición como garante de los derechos intelectuales, muchos en la Industria ven en este contrato un intento de monopolizar y controlar un sector clave para la transparencia y el acceso a la información en España.
EL sector de la comunicación lo tiene claro, que CEDRO lleva años elevando la presión sobre el servicio de clipping, y toda la cadena de valor de la comunicación en nuestro país, con controles, restricciones y costes; sin precedentes en Europa. Y este medio ha contrastado un consenso en plantarse. Alertar a Riera y Corrales, que han ido ¡demasiado lejos!
Seguiremos Informando…
