2ª Encuesta El estado del Voluntariado Corporativo en España

El voluntariado corporativo sigue avanzando hacia su madurez estratégica

El 83,3% de las empresas en España se enfoca en las personas con discapacidad en sus iniciativas de voluntariado corporativo

El voluntariado corporativo sigue afianzándose en España: el 49,3% de los programas de este tipo han aumentado significativamente en los últimos tres años y el 65,7% de las empresas ya cuenta con un programa de voluntariado corporativo alineado con el negocio.

La inclusión sociolaboral se posiciona como la principal motivación empresarial para el desarrollo del voluntariado corporativo (65,2%), seguida de la preservación del medioambiente (61,4%) y la educación y formación para el desarrollo (27,4%).

Publicidad

El 5 de diciembre se conmemora el Día Internacional de las Personas Voluntarias, una perfecta ocasión para reflexionar sobre el impacto transformador del voluntariado corporativo, una práctica cada vez más presente en la estrategia empresarial, que no solo refuerza el compromiso social de las organizaciones, sino que también impulsa una cultura alineada con las estrategias de sostenibilidad y los criterios ESG, fomenta la cohesión interna y mejora la competitividad del talento.

En este contexto, el Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco presenta los resultados de la segunda encuesta “El estado del Voluntariado Corporativo en España”, un trabajo que ofrece una visión integral de los programas de voluntariado corporativo en nuestro país. Basado en la experiencia de 73 empresas que implementan estas actividades de manera continua, el análisis profundiza en las tendencias del voluntariado corporativo, su evolución en los últimos años y su impacto social y empresarial.

Del ”enfoque compensatorio” a la “creación de valor compartido”

La legislación como punto de inflexión

Desde que comenzaran las primeras actividades de voluntariado corporativo en España a finales de la década de los 90 (coincidiendo con el anuncio del Pacto Mundial de las Naciones Unidas en 1999), esta práctica ha ido evolucionando y transformándose hasta convertirse en un pilar estratégico para las compañías.

En un principio, las iniciativas de voluntariado corporativo se llevaban a cabo de manera aislada y se vinculaban principalmente al interés o motivación de personas concretas dentro de la organización.
No existía una planificación estratégica ni un enfoque estructurado: las acciones surgían de forma espontánea, respondiendo más a impulsos e intereses individuales que a una visión y estrategia corporativa.

En la primera década de los 2000 se escuchaba mucho una frase: “el objetivo del voluntariado corporativo es devolver a la sociedad parte de lo que ésta le entrega”. Un enunciado que, hoy en día, queda completamente desfasado. “En sus comienzos, se abordaba el voluntariado corporativo desde un enfoque compensatorio, como si fuera una forma de redimir un impacto negativo, en lugar de una herramienta proactiva para construir valor compartido. Aunque esta visión no ha desaparecido por completo tiende a su extinción, ya que no refleja el enfoque actual de la práctica del voluntariado. Hoy en día, las empresas buscan integrar el impacto social en su modelo de negocio no como una “devolución” sino como un elemento clave para su estrategia de sostenibilidad”- explica Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.

En efecto, y a medida que el voluntariado corporativo ha ido avanzando, las empresas han empezado a reconocer sus beneficios integrales. Como veremos más adelante, no solo ayuda a fortalecer el compromiso y sentido de pertenencia de la plantilla, sino que también contribuye significativamente a mejorar la relación con todos los grupos de interés, impactando en la reputación externa.

En este camino, uno de los grandes puntos de inflexión ha sido la Ley 45/2015, de 14 de octubre, de Voluntariado. Un marco normativo que ha marcado un hito en la consolidación del voluntariado corporativo, al reconocer explícitamente el papel del tejido empresarial en la promoción de actividades de voluntariado orientadas a abordar retos de interés general.

“La ley ofrece a las empresas un respaldo normativo que legitima su participación en actividades de voluntariado, incentivando el diseño de programas más estructurados y estratégicos. Además, durante la última década venimos observando que muchas empresas han evolucionado hacia un enfoque más profesionalizado del voluntariado, integrando estas acciones en sus políticas y estrategias de sostenibilidad y ESG, creando departamentos específicos para su gestión y estableciendo de forma incipiente métricas para medir su impacto social y corporativo. Esta profesionalización ha dado lugar a un aumento de las alianzas con el tercer sector, mejorando la eficacia y el alcance de las acciones”- explica Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.

Poderosa herramienta de gestión de la Diversidad y RRHH

Otro de los grandes impulsores del voluntariado corporativo en España ha sido su indiscutible impacto en las políticas de Diversidad, Equidad e Inclusión y en el área de Talento y Cultura corporativa.

“Está plenamente constatado que el voluntariado corporativo moviliza de forma natural a personas muy diferentes dentro de una misma empresa, en términos de edad, sexo, competencias y habilidades, cargos y posiciones, nacionalidad, formas de pensar, creencias religiosas o bagaje cultural, entre otras. Todas ellas se mueven para responder a un reto de interés común, trabajando en equipo para su consecución. Es una poderosísima herramienta de gestión que fomenta la cooperación y la sensibilización hacia realidades diferentes, impactando directamente en la madurez de la empresa en términos de diversidad e inclusión”- señala Mesonero.

Por otra parte, y en el ámbito de los Recursos Humanos, el voluntariado corporativo se posiciona como un gran vehículo para fomentar el compromiso y la fidelización de la plantilla, así como su productividad. No cabe duda de que impacta en la retención del talento, mejora el clima laboral, desarrolla habilidades y competencias de los equipos y promueve el bienestar emocional de los profesionales.

Por todo ello, el voluntariado corporativo se ha instalado y consolidado en la agenda empresarial como una poderosa herramienta de gestión que tiene un impacto transversal en la organización.

El voluntariado corporativo avanza hacia su madurez estratégica

Como se ha explicado en el epígrafe anterior, el voluntariado corporativo constituía, en sus orígenes, una práctica periférica y ligada a la filantropía, que nacía mayormente del compromiso del equipo con las comunidades locales. Un enfoque que ya va quedándose atrás, como reflejan los resultados del presente análisis. Así, un 63% de las organizaciones encuestadas destaca que su programa de voluntariado corporativo ya cuenta con objetivos y áreas de actuación alineadas con el negocio, con la estrategia de ESG y Sostenibilidad y con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Un 2,7% va más allá y cuenta, además, con métricas de impacto y feedback de las personas voluntarias.

Por detrás, un 19,2% cuenta con un programa de acciones y un equipo estable, pero no está integrado en el negocio ni en la estrategia de ESG y sostenibilidad. Y, por último, un 15,1% se encuentra en una fase inicial en la que cuenta con acciones puntuales formales e informales que nacen del compromiso del equipo con las comunidades locales.

Además, casi la mitad de las empresas encuestadas (49,3%) sostiene que su programa de voluntariado ha aumentado significativamente en participación e impacto en los últimos tres años. Por otra parte, en un 31,5% de los casos se ha mantenido estable, mientras que un 19,2% de las empresas está en proceso de rediseñar el programa para alinearlo mejor con los objetivos ESG y sostenibilidad.

“Todo apunta a que el crecimiento del voluntariado corporativo continuará acelerándose en los próximos años, profesionalizándose e incorporando métricas de impactos. Las alianzas estratégicas con el tercer sector serán clave y las acciones se alinearán cada vez más con las necesidades reales de las personas beneficiarias”- vaticina Mesonero.

Inclusión sociolaboral, el principal propósito

El presente análisis ha profundizado en la identidad de los programas de voluntariado corporativo, es decir, en los principios, motivaciones y propósitos que conducen a las organizaciones a diseñar estas acciones.

En la pasada edición fue el medioambiente el reto que más movía a las empresas en sus actividades de voluntariado corporativo, seguido de la inclusión sociolaboral. Sin embargo, el presente año se han dado la vuelta las cifras y es la inclusión sociolaboral el principal propósito (65,2%), seguida del medioambiente (60,4%).

“La inclusión sociolaboral se posiciona como el principal propósito de las actividades de voluntariado corporativo, ya que, durante el último año, las agendas de diversidad e inclusión han ganado gran relevancia en las estrategias empresariales. No en vano, las personas voluntarias sienten un impacto muy significativo al participar en iniciativas que abordan problemas humanos, que sienten cercanos y con los que empatizan. Y si bien los temas medioambientales siguen siendo muy relevantes, y además se ven amparados por regulaciones muy estrictas, tienden a percibirse como problemas más de largo plazo, mientras que la inclusión sociolaboral responde, habitualmente, a urgencias inmediatas”- destaca Héctor Clemente, director de voluntariado corporativo en la Fundación Adecco.

El voluntariado como herramienta para desarrollar la habilidad de incluir

El voluntariado de inclusión sociolaboral es una práctica que permite conocer y exponerse a diversas realidades -los empleados voluntarios interactúan con comunidades y personas con las que no acostumbran a relacionarse en su vida diaria-, fomentar la empatía, romper barreras y desarrollar habilidades fuera de la zona de confort, que promueven un cambio de mentalidad hacia realidades como la discapacidad o las personas en riesgo de exclusión. De este modo, se generan entornos más proclives y abiertos a la inclusión.

“El voluntariado corporativo es un gran aliado para alcanzar los objetivos de Diversidad, Equidad e Inclusión (DE&I). Solo por mencionar algunos de sus efectos, permite desarrollar la habilidad de incluir, una competencia imprescindible para las personas de cualquier nivel de la organización, así como favorecer la eliminación de sesgos inconscientes y prejuicios, mediante el acercamiento y conocimiento de realidades diferentes” -destaca Héctor Clemente.

Otros propósitos del voluntariado corporativo mencionados en la encuesta han sido la educación y formación para el desarrollo sostenible (27,4%), la asistencia y acompañamiento a las personas más vulnerables (22,8%)  y la salud y el bienestar (19,7%),

La inclusión laboral sigue ganando terreno

Como hemos señalado, la inclusión sociolaboral es hoy el principal fin del voluntariado corporativo en España. Sin embargo, se trata de dos elementos (social y laboral) que están cada vez más diferenciados en el imaginario empresarial.
En esta línea, Héctor Clemente recalca que: “En la Fundación Adecco llevamos más de 15 años acompañando a las empresas en la creación de iniciativas de voluntariado corporativo con un claro objetivo: impulsar el acceso al empleo de personas en riesgo de exclusión. A lo largo de este tiempo, hemos sido testigos de una evolución significativa. Mientras que en los primeros años el foco se centraba en el impacto social, favoreciendo el encuentro y el intercambio de valores entre personas beneficiarias y voluntarios de las empresas, hoy vemos cómo el voluntariado corporativo ha dado un salto hacia la profesionalización. Actualmente, las empresas priorizan actividades que aprovechan el conocimiento técnico y la experiencia de su plantilla, poniendo estos recursos al servicio de la empleabilidad e inclusión laboral. Este cambio refleja un entendimiento más profundo del voluntariado corporativo, ya que el empleo no solo proporciona independencia económica, sino que también es clave para fortalecer la autoestima y normalizar la vida de las personas que afrontan mayores barreras”.

De hecho, si el pasado año un 52,5% de las empresas posicionaba la inclusión laboral como el principal propósito del voluntariado, hoy esta cifra crece hasta el 54,3%; seguida de la inclusión social (32,5%); el apoyo emocional (5%) y el ocio y el respiro familiar (4%).

Personas con discapacidad, el principal grupo de interés

La inclusión sociolaboral es uno de los grandes pilares del voluntariado corporativo, pero ¿a qué personas va dirigida? La presente encuesta ha permitido identificar los segmentos de la población a los que están dando prioridad las empresas en sus actividades de voluntariado corporativo.

En primer lugar, las personas con discapacidad son el grupo social más estratégico y en el que las organizaciones están poniendo más foco. En concreto, un 83,3% de las empresas encuestadas involucra a su plantilla en actividades de voluntariado corporativo que les permiten convivir y acompañar a personas con discapacidad. “Este segmento de la población constituye un gran termómetro para medir el grado de inclusión de una organización, siendo las acciones de voluntariado una apuesta estratégica para tender puentes con la comunidad, fortalecer el sentido de propósito y avanzar en la contratación de personas con discapacidad (en concreto, en el cumplimiento de la cuota del 2% que marca la legislación). En muchas ocasiones, las empresas tienen dificultades para incorporar personas con discapacidad debido al factor cultural -desconocimiento o falta de experiencias previas- y encuentran en el voluntariado una excelente vía para facilitar el acercamiento y la comprensión del potencial de las casi 150.000 personas con discapacidad que buscan trabajo en España”- comenta Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.

5 razones por las que el voluntariado corporativo ayuda a generar culturas corporativas más abiertas a la discapacidad

A la luz del resultado obtenido en la encuesta, la Fundación Adecco expone cinco razones por las que el voluntariado corporativo ayuda a las empresas a generar culturas corporativas más abiertas a la discapacidad, y, por tanto, también a cumplir con la cuota del 2% que marca la legislación (Ley General de los derechos de las Personas con Discapacidad y su Inclusión Social, dirigida a las empresas de más de 50 personas trabajadoras):

  1. Entornos más sensibilizados. El voluntariado corporativo permite a los profesionales de una compañía conocer de cerca las capacidades y talentos de las personas con discapacidad, teniendo en cuenta que frecuentemente no han tenido contacto con estas realidades. De este modo, se derriban prejuicios, se genera empatía, y se fomenta una cultura inclusiva en la empresa, que se muestra más proclive a la incorporación de personas con discapacidad, aunque no tenga experiencias previas.
  2. Detección de talento con discapacidad. Las actividades de voluntariado con personas con discapacidad son una perfecta ocasión para que las empresas identifiquen perfiles profesionales entre los participantes con discapacidad, facilitando así su futura contratación.
  3. Conexión con entidades especializadas. En la misma línea, a través del voluntariado, las empresas establecen vínculos y alianzas con organizaciones que trabajan con personas con discapacidad, ampliando su red para identificar profesionales con discapacidad cualificados.
  4. Desarrollo del talento de las personas con discapacidad. Mediante las actividades de voluntariado corporativo, las personas con discapacidad tienen la oportunidad de acercarse a la realidad empresarial y desarrollar competencias clave, que hoy son muy demandadas por las compañías como las habilidades de comunicación, el trabajo en equipo o la orientación a resultados. De este modo, el talento con discapacidad se empodera e incrementa su empleabilidad, lo que favorece asimismo su contratación.
  5. Mejora de la marca empleadora: Al promover una cultura inclusiva, la empresa refuerza su reputación como organización responsable, atrayendo el talento con discapacidad, que querrá formar parte de una empresa inclusiva, que reconozca sus habilidades. 

En definitiva, el voluntariado corporativo se convierte en una poderosa herramienta para normalizar la presencia de las personas con discapacidad en las plantillas, dando con ello respuesta a los objetivos de Diversidad, equidad e inclusión y fomentando el cumplimiento legal, que exige a las empresas de más de 50 empleados la incorporación de un porcentaje de personas con discapacidad no inferior al 2%.

Otros grupos sociales de interés en los voluntariados de inclusión sociolaboral

La infancia y juventud es el segundo grupo de interés en el que las empresas se están enfocando más. En esta línea, un 51,8% de las organizaciones desarrolla actividades de voluntariado en las que su plantilla participa en diferentes acciones con niños y jóvenes en riesgo de exclusión.

A las personas con discapacidad y a la infancia y juventud, siguen otros grupos de interés como las personas sin hogar (38%); las personas sénior y/o mayores (37,7%), las mujeres en riesgo de exclusión (víctimas de la violencia de género o al frente de familias monoparentales) (25,5%), las personas refugiadas y/o migrantes (10,6%), las personas drogodependientes (4,5%) o las personas reclusas y exreclusas (4,5%).

Obstáculos para el desarrollo del voluntariado corporativo

Si bien la mayoría de las empresas ya cuenta con un programa de voluntariado corporativo alineado con su negocio, existen algunos obstáculos que siguen lastrando su pleno desarrollo. El principal es la falta de tiempo por parte de la plantilla (35%), debido a que muchas actividades se desarrollan fuera del horario laboral, cuando los profesionales tienen compromisos familiares o personales. “Para superar este obstáculo, es importante buscar iniciativas que puedan desarrollarse o sean compatibles con la jornada de trabajo, integrando la flexibilidad para que las personas voluntarias puedan ajustar sus horarios sin que ello afecte a su rendimiento”- destaca Héctor Clemente.

En segundo lugar, un 30% de las empresas pone sobre la mesa la falta de recursos para la ejecución del programa. “En estos casos, hay que tener en cuenta que muchas veces existe una idea equivocada, ya que muchas actividades de voluntariado corporativo pueden realizarse a un bajo coste, por ejemplo, aprovechando las habilidades internas de la plantilla para desarrollar programas de mentoring o formación, en lugar de iniciativas que requieran grandes inversiones en infraestructura o materiales. Además, resulta muy útil establecer alianzas estratégicas con empresas afines y el tejido asociativo para compartir recursos y repartir gastos logísticos”- explica Clemente.

Por último, un 25% de las empresas tiene dificultad para monitorear el impacto de las acciones, al no disponer de métricas para evaluar el alcance e impacto del programa. “Es importante avanzar en este sentido, dejarse acompañar por entidades expertas e implementar estrategias y sistemas de medición que no solo optimicen la gestión de los programas, sino que fortalezcan la credibilidad y la transparencia de la organización”- explica Clemente.

El triple impacto del voluntariado corporativo: empresas, personas voluntarias y comunidades

Además de impactar de forma directa en las comunidades y poblaciones con más dificultades (siendo las más destacadas las personas con discapacidad y la infancia y juventud en riesgo de exclusión), el voluntariado corporativo tiene una incidencia directa en la mejora de indicadores empresariales como el orgullo de pertenencia o la motivación de los profesionales. Estos ítems han sido identificados por la presente encuesta, obteniéndose los siguientes resultados.

Beneficios del voluntariado corporativo para las empresas


Beneficios del voluntariado corporativo para las personas voluntarias

Un mapa de voluntariado para desarrollar programas de alto impacto

Consciente de la importancia que está adquiriendo el voluntariado corporativo en nuestro país, la Fundación Adecco pone a disposición de las empresas un mapa que explica, en ocho pasos y de forma muy visual, cómo implementar estrategias que permitan a las compañías multiplicar su impacto social y empresarial, a través del voluntariado corporativo. En el mapa se recogen y se explican las ocho fases clave para diseñar un plan estratégico de voluntariado corporativo de alto impacto:

  1. Evaluación y análisis
  2. Identidad
  3. Estrategia
  4. Política de Voluntariado Corporativo
  5. Difusión y cultura
  6. Proyecto de Voluntariado Corporativo
  7. Acción
  8. Medición

Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, destaca que: “Las estrategias de voluntariado se generalizaron hace más de una década y la gran mayoría de las compañías son conscientes del valor que aportan a los diferentes grupos de interés. Sin embargo, hemos creado este Mapa de Voluntariado para orientarlas y hacer que sus programas de voluntariado contribuyan a los objetivos marcados en sus departamentos de Recursos Humanos y Sostenibilidad en la relación con las comunidades locales y el tejido asociativo, además de contribuir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. En definitiva, queremos llevar el voluntariado corporativo a un nivel superior aprovechando todo el conocimiento adquirido durante este tiempo junto a cientos de empresas de nuestro país”.

Se puede acceder al mapa desde el siguiente enlace: https://fundacionadecco.org/voluntariado/mapa-voluntariado-corporativo/ 

Publicidad
Publicidad
Salir de la versión móvil