Fin de año es el momento ideal para reflexionar sobre los avances y desafíos en todos los ámbitos de la sociedad, incluida la comunicación corporativa. Aunque este es un sector asociado tradicionalmente con una fuerte participación femenina, los datos actuales revelan retos significativos en términos de igualdad de género. Las mujeres son mayoría en los puestos relacionados con comunicación corporativa, pero la situación cambia en los niveles directivos, donde los hombres dominan la escena. Este desequilibrio invita a cuestionar las dinámicas del sector y a trazar estrategias para un futuro más equitativo.
Según un estudio reciente, realizado por SCOPEN, el 66,1% de los directores de comunicación en el país son hombres, frente a un 33,3% de mujeres. Esta disparidad no sólo destaca la falta de representación femenina en los altos cargos, sino que también evidencia una estructura jerárquica que dificulta el acceso de las mujeres a posiciones de liderazgo. Son pocas las que logran escalar dentro de sus empresas, y las que lo hacen se encuentran con un camino más largo y menos remunerado. De hecho, los hombres acceden a puestos directivos con un salario inicial un 18% superior al de sus colegas femeninas en las mismas circunstancias.
La brecha salarial persiste incluso tras alcanzar niveles de alta dirección. Mientras que el 49% de los hombres directivos se sitúa en franjas salariales entre 70.000 y 100.000 euros anuales, solo un 28% de las mujeres en roles equivalentes alcanza esas cifras. Además, muchas mujeres en puestos directivos tienden a tener menos antigüedad que los hombres en cargos similares, lo que refuerza la percepción de que su ascenso suele estar condicionado por barreras adicionales.
Talento femenino
Un obstáculo recurrente en la trayectoria profesional de las mujeres es la conciliación entre la vida laboral y personal. El 32,77% de las mujeres considera difícil compatibilizar sus responsabilidades laborales con las tareas domésticas, frente al 19,49% de los hombres. Esta situación se agrava con el dato de que más de la mitad de las mujeres directivas (55,6%) han tenido que abandonar temporalmente sus carreras para dedicarse al cuidado de hijos o familiares, una cifra que se reduce al 33,8% en el caso de los hombres.
A pesar de estos desafíos, las mujeres sigue demostrando su capacidad para liderar y transformar el sector. Las empresas tienen la oportunidad de cambiar esta realidad mediante la implementación de políticas efectivas que promuevan la igualdad de género. Medidas como la transparencia salarial y programas de mentoría y apoyo a la conciliación son esenciales para derribar las barreras que enfrentan las mujeres.
Así, fomentar la diversidad y la inclusión no solo es un imperativo ético, sino también una estrategia que fortalece la competitividad y sostenibilidad de las empresas. En un contexto en el que la comunicación corporativa desempeña un papel crucial en la construcción de marcas y reputaciones, es fundamental que las organizaciones reflejen internamente los valores que proyectan hacia el exterior.
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