“AEROPUERTO DELCY RODRÍGUEZ”, “VIAJES A SANTO DOMINGO”, “EL PSOE ESTÁ CALLAO”…

Metro de Madrid y los carteles contra el Gobierno: ¿Marketing político o protesta pacífica?

PRNOTICIAS CONVERSA CON ALDO DE SANTIS, PRESIDENTE DEL CENTRO IBEROAMERICANO DE COMUNICACIÓN, POLÍTICA Y GOBIERNO (CICOMP)

Aldo de Santis asegura que esta protesta urbana lo que sirve es para que la sociedad busque respuestas a una pregunta: ¿Es esta gente la que queremos que siga gobernando, después de todas las pruebas que hay acerca de lo poco transparente, turbio y complejo de su gestión? “Es la pregunta que debemos hacernos, si esta acción es en contra de Sánchez o de un gobierno que pareciera ya no estar apto para seguir llevando un país como España”

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Ha sido fugaz, pero contundente. Esta semana, el Metro de Madrid ha visto cambiados los nombres de algunas de sus estaciones, en una campaña de marketing político o protesta pacífica, tan flash como lo que dura pegar un cartel y tomarle una foto, y tan rotunda como su aparición viral en todos los medios y redes sociales. Pero, ¿qué significa y a quién va dirigida esta acción?

Aeropuerto Delcy Rodríguez”, “Viajes a Santo Domingo“, “El PSOE está Callao“, “Las Musas de Ábalos” y Retiro a Sánchez”, son algunas de las frases que se han leído en el suburbano. Los autores, encapuchados, han colocado pegatinas al lado de los nombres originales y, tras fotografiarlas, las han retirado. Su autoría apunta a Redretro, un grupo que se autodefine como de “subversión semiótica poética, crítica y alegal en sistemas de metro de todo el mundo”, y que realiza este tipo de acciones desde el 2006.

No ha habido medio de comunicación y red social que no lo haya publicado y comentado, algunos a favor, y otros en contra. Pero desde PRNoticias vamos más allá. Así, hemos conversado con el consultor político, abogado y experto en asuntos Iberoamericanos, Aldo de Santis, presidente del Centro Iberoamericano de Comunicación, Política y Gobierno (CICOMP).

De Santis explica que, más que la propia acción, lo que hay que analizar es su significado. “Varios medios han dicho que es una protesta en contra de Pedro Sánchez y la verdad es en contra de las actuaciones de un gobierno que pone en tela de juicio la capacidad que tiene de ética política y gestión de los recursos, para ser apto para seguir gobernando España. Por eso ha tenido tanto impacto”.

El experto asegura que esta protesta urbana lo que sirve es para que la sociedad busque respuestas a una pregunta: ¿Es esta gente la que queremos que siga gobernando, después de todas las pruebas que hay acerca de lo poco transparente, turbio y complejo de su gestión? “Es la pregunta que debemos hacernos, si esta acción es en contra de Sánchez o de un gobierno que pareciera ya no estar apto para seguir llevando un país como España”.

Su análisis aporta claves para entender el momento político que vive España, cómo lo asume la clase política y cómo lo vive la sociedad, desde la perspectiva del marketing político.

¿Qué es marketing político, qué es protesta pacífica y cómo se aplican en esta intervención?

El marketing político es la disciplina de la comunicación que se encarga de diseñar, comunicar y posicionar ciertas ideas a través de distintos mecanismos, entre los cuales se pueden incluir los de intervención urbana como es el caso que estamos viendo con esta intervención al Metro de Madrid, y se acerca a la protesta pacífica cuando está asociado a una escala de valores que busca concientizar al ciudadano acerca de una realidad. De las cosas que más admiro de esta propuesta es que es un intervención que no genera ningún tipo de daño a la infraestructura, que utiliza la capacidad visual que tienen todas las personas que hacen uso del Metro de Madrid, porque conocen las estaciones de Metro y lo que implica esta intervención a través de unas pegatinas, a las que le tomaron la foto y las retiraron. Lo que buscan los autores es un máximo impacto pero sin dañar la infraestructura, y por supuesto generar conciencia, que es la clave en estos procesos de protesta pacífica.

¿Dónde convergen el marketing político y la protesta pacífica en esta propuesta?

Creo que en este caso convergen plenamente. No toda campaña de marketing político es una incidencia de protesta, todo lo contrario, pero sí parece inevitable que toda incidencia de protesta que está muy bien comunicada, que es el caso, que hay una estrategia muy bien pensada detrás de esto, conlleva un efecto de marketing político, pero del más favorable, que busca incidir en la opinión pública, hacer un llamado a la atención acerca de una realidad política que es enorme y, por supuesto, generar presión a los tomadores de decisión, a las personas influyentes, porque si se hace, es porque es necesario.

Esta acción, ¿es más marketing político o más protesta pacífica?

Es tanto marketing político como protesta pacífica, pero lo que más es, es una incidencia de protesta urbana social que busca genera ante la opinión pública un llamado de atención ante una realidad política que es inobjetable. Yo lo llevaría al punto de concientización social a través de la intervención urbana. También lo podríamos llamar incidencia de protesta, que es ante una realidad que cubre un espacio político muy amplio y que se vieron en la necesidad de poner estas piezas en el imaginario colectivo de todos los españoles y probablemente, trascienda las fronteras de España.

¿Por qué ha tenido tanta repercusión?

Está asociado a dos cosas. Primero a la realidad, porque todo lo que aparece allí es un hecho. Son situaciones que en su mayoría están siendo investigadas por los tribunales, están involucradas todas las autoridades judiciales del Estado, son hechos conocidos por la opinión pública, y por lo menos hay una duda razonable acerca de muchas de las cosas que se mencionan en ese proceso de intervención social. Y lo segundo, es porque se utilizó una visualización conocida por todos, que es el uso de las estaciones de Metro, sin duda el principal medio de transporte en Madrid. Por eso el impacto, por la realidad de los hechos por el uso del Metro, el mayor espacio común de las personas que hacen vida en Madrid.

¿Qué mensaje entraña para el gobierno?

Creo que el Gobierno no entiende lo que esto significa: un proceso de protesta social, sino que lo va a ver como una herramienta de marketing de un grupo que tiene opiniones desfavorables con respecto a su gestión porque son incapaces de entender una realidad que es obvia, que hay unos casos que están siendo investigados, que a mí me sorprende que en España, un país de la Unión Europea, no se entienda el grave impacto que genera en las instituciones lo que está sucediendo. Pero lo cierto es que de cara al Estado, algo que está por encima del Gobierno, que es la construcción de las instituciones, y los funcionarios que la componen, debe ser un llamado de atención acerca de lo que está ocurriendo. Y el momento es muy propicio, en estas fiestas navideñas, de cara a una introspección y a una rendición de cuentas que tienen que hacer las personas que están involucradas en todos los actos que están siendo denunciados a través de este proceso de intervención social.

¿Y para la sociedad?

Un llamado de atención para recordarles que no se puede llevar la vida sin importarte los asuntos públicos. Hay un grupo de personas que tomaron la decisión de llevar un mecanismo de protesta a través de la intervención urbana para hacer un llamado de conciencia a los ciudadanos. Entonces, para la sociedad es un llamado de atención de: involúcrate. No es simplemente llevar tu vida y la gestión de tus cosas, sino que la gestión de los asuntos públicos te afecta porque afecta tu vida y esta es una manera de hacerlo. Creo que el impacto es muy positivo porque involucrará a otros españoles en distintos mecanismos para hacer llamados de atención y procesos de presión que son positivos. La sociedad tiene el derecho y el deber de presionar a los tomadores de decisión para conseguir máxima transparencia y la mejor gestión de los recursos del Estado. Y esto es tremendamente positivo para la sociedad.

¿Qué otras acciones ha visto recientemente en esta línea en España?

Lo primero que me viene a la memoria son los afectados por las hipotecas del año 2012-2013, cuando se hicieron escraches a los responsables de las leyes de desahucio. También el no al muro de Murcia, donde se pretendía dividir los barrios. Otro caso es el tema de las siluetas hechas con tiza de las mujeres víctimas de la violencia de género. Y el tema de los movimientos de tractores y otras maquinarias pesadas hacia Madrid protestando por los derechos y reivindicaciones de los trabajadores del campo que se han trasladado hasta la ciudad. Todos estos movimientos son de protesta urbana con un contenido de marketing político, pero ejecutados de distinta manera.

Seguiremos Informando…

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