La figura del implant se ha consolidado en el mundo de la comunicación como una solución estratégica que combina lo mejor de los dos mundos: la inmersión directa en el ecosistema de la marca y la experiencia de las agencias. Pero, ¿qué es exactamente un implant y por qué está ganando protagonismo?
Un implant es un profesional de una agencia de comunicación que trabaja de manera exclusiva o semiexclusiva desde las oficinas de un cliente. Su función principal es actuar como un puente entre la empresa y la agencia, asegurando la alineación de los objetivos estratégicos y la implementación de las acciones de comunicación. En otras palabras: se trata de incorporar un miembro de tu agencia de marketing a tu propio equipo, de modo que se enfoque 100% a las necesidades de tu empresa pero sin perder el apoyo de un equipo más grande.
Es una figura muy interesante pues combina lo mejor de la asesoría externa y la colaboración interna en una empresa. A diferencia de una agencia de marketing tradicional, donde el soporte se brinda desde sus oficinas, el implant trabajará directamente en las instalaciones del cliente o desde casa, utilizando los procesos, herramientas y protocolos de la empresa, y actuará como un empleado más del equipo pero contando con el respaldo continuo de la agencia. Esto permite disponer de un estratega o project manager de marketing para implementar planes y procesos internos, acompañado del soporte técnico necesario, pero sin necesidad de invertir tiempo en largos procesos de selección o asumir riesgos de contratación.
Pero la principal diferencia en su especialización. Mientras que las empresas de selección de personal solo buscan candidatos con las aptitudes solicitadas, la agencia suele elegir como implant a perfiles que ya han trabajado para ese cliente, lo que hace que estas personas conozcan a la perfección sus necesidades y sus características.
Los retos de los implants
Una de las mayores dificultades que enfrentan los implants es la necesidad de equilibrar la lealtad a la agencia con las expectativas del cliente. Mientras que la agencia puede esperar que estos mantengan la visión estratégica y estándares del equipo original, el cliente suele demandar dedicación exclusiva y una profunda inmersión en su realidad diaria. Esto puede generar un poco de frustración, pues el implant debe ser lo suficientemente “interno” para comprender a fondo la cultura y los objetivos de la empresa, pero no perder su conexión con la agencia, que actúa como su fuente de respaldo y recursos.
Además, estar en medio de ambos mundos implica trabajar en un contexto donde las decisiones y acciones pueden ser interpretadas desde perspectivas opuestas. Por ejemplo, es muy común que el cliente espere una respuesta inmediata, pero el implant necesite consultarle con su agencia antes para asegurar la coherencia con las estrategias.
Muchos implants destacan que este rol es una oportunidad única porque les permite sumergirse en el día a día del cliente, comprender sus desafíos desde adentro y, al mismo tiempo, seguir trabajando con su equipo de forma creativa. Sin embargo, también destacan que es una posición un tanto complicada muchas veces, pues es como tener dos jefes y ninguno a la vez, como estar en “tierra de nadie”. Así, mantener el equilibrio puede ser complicado.
Una tendencia en auge
Lo interesante de este modelo es que no solo los clientes buscan esta proximidad; las propias agencias están viendo en los implants una herramienta clave para reforzar su relación con las marcas. Esta tendencia responde a una necesidad de adaptación a un sector que no para de exigir más, y refleja a su vez la evolución de las agencias de comunicación hacia modelos más flexibles.
Esta modalidad aporta múltiples beneficios. Por un lado, el conocimiento profundo de la empresa. Al integrarse en el entorno del cliente, el implant comprende realmente su cultura, valores y procesos, lo que facilita la adaptación y la toma de decisiones de una manera que no se puede entender desde la agencia. Otra de las principales ventajas es que la presencia física del implant permite una comunicación más fluida y una implementación más rápida de las estrategias de comunicación y marketing. Asimismo, también permite una reducción de costes y tiempos de selección importante. Al ser la agencia la encargada de seleccionar y proporcionar al profesional adecuado, la empresa ahorra muchos recursos en procesos de contratación y formación.
Así, al combinar la proximidad de un miembro interno con el respaldo estratégico y técnico de una agencia, el implant se convierte en una figura realmente eficaz entre ambas partes. Lejos de ser una solución temporal, este modelo parece señalar el camino hacia un futuro donde la colaboración entre empresas y agencias se base en una integración cada vez más profunda y estratégica.
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