El 14 de marzo, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que desmanteló la Agencia de Medios Globales de EE. UU. (USAGM), entidad encargada de supervisar Voice of America (VOA). Esta decisión ha recibido duras críticas de legisladores y organizaciones que velan por la libertad de prensa, provocando un intenso debate, porque cuando los periodistas se convierten en la noticia, algo está ocurriendo en la democracia. El cierre plantea interrogantes, inéditas y globales, desde muchas perspectivas, como el impacto en la diversidad informativa en los medios internacionales, y en clave local, su repercusión en el panorama mediático español.
Hablamos de un servicio internacional de noticias financiado por el gobierno de Estados Unidos que, durante 83 años, proporcionó información en regiones con prensa limitada o censurada y que, de la noche a la mañana, dejó a la deriva a audiencias en América Latina, Asia y Medio Oriente, y a merced de Rusia y China el “poder blando” de Estados Unidos. Su web -hoy todavía activa- quedó congelada en el tiempo, exactamente, en el 15 de marzo de 2025.
Ese día, más de 1.300 profesionales de la comunicación fueron puestos en licencia administrativa. Siete días más tarde, gran parte de ellos presentó una demanda federal en Nueva York para manifestar que la medida viola la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense que protege la libertad de expresión, y solicitar su reincorporación inmediata. Pero nada hace pensar que el camino será corto, y fácil.
Luis Miguel Romero-Rodríguez, Profesor Titular de Comunicación Estratégica en la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid, España) y presidente de la Asociación Iberoamericana de Innovación Docente (IDI-España), advierte a PRNoticias que el cierre de VOA ya está generando dudas sobre el compromiso del gobierno de Estados Unidos con la libertad de prensa. Como Licenciado en Periodismo y en Derecho Internacional, Doctor en Estudios de la Comunicación y miembro de la Red Euroamericana de Investigación Interuniversitaria sobre Alfabetización Mediática para la Ciudadanía (Alfamed), sus respuestas son clave para entender la situación.
¿Cómo considera que el cierre de una fuente de noticias como VOA afecta la diversidad informativa en el panorama mediático internacional?
El cierre de VOA va a tener un impacto significativo en la diversidad informativa, tanto a escala internacional, como en el panorama mediático español. En primer lugar, porque VOA, como medio financiado por Estados Unidos, ha ofrecido una visión particular sobre los acontecimientos mundiales, sirviendo de equilibrio informativo frente otras cadenas internacionales de otros gobiernos o países (como RT, o Telesur), pero también como escaparate informativo de regiones que tienen un cerco a la libertad de prensa, como Venezuela o Nicaragua, por citar solo dos ejemplos. Su cierre eliminará esta perspectiva, lo que podría limitar la capacidad de las audiencias para obtener una comprensión completa de los problemas del mundo hispanohablante, en el sentido en que en la pluralidad se encuentra el mejor acercamiento a la verdad.
¿Y en el español en particular?
Es verdad que en el caso español VOA no ha sido como tal una referencia informativa directa, pero sí era, de manera indirecta, una fuente importante de información sobre Estados Unidos para las audiencias españolas y un micrófono para voces marginadas de centro y sur América que viven gobiernos autocráticos y cercenamiento de la libertad de prensa. Muchas veces, VOA era la única forma de acceder a información de estos países para los extranjeros que viven en España.
¿El cierre de la VOA refleja un retroceso en la lucha por la libertad de prensa a nivel internacional? ¿Cómo cree que podría influir en la percepción global sobre la independencia de los medios y la libertad de expresión?
El cierre de cualquier medio de comunicación siempre es un retroceso de la lucha por la libertad de prensa, así como un paso atrás en la protección y promoción de un periodismo independiente y diverso. El cierre de VOA ya está generando dudas sobre el compromiso del gobierno de Estados Unidos con la libertad de prensa. Esto va a ser utilizado, sin lugar a dudas, como punta de lanza por regímenes autoritarios para justificar sus propias restricciones a los medios de comunicación, e incluso de un efecto “dominó”, pues la percepción de que democracias establecidas pueden limitar los medios debilita los argumentos a favor de la apertura informativa en todo el mundo. Asimismo, este tipo de acciones pueden ser vistas como un indicio de una tendencia creciente a la censura y al control de la información por parte de los gobiernos, incluso de uno que ha tenido consideración de ser “the land of the free”.
Algunos medios, también en España, tenían en VOA una referencia sobre temas internacionales clave. ¿Cómo cree que su cierre podría afectar la formación de la opinión pública global respecto a esos temas?
La clausura de VOA elimina una voz muy importante para comprender las realidades de Hispanoamérica y también de los hispanos en Estados Unidos. El problema que tienen los cierres de este tipo de medios que funcionan, también, como agencias, radica en que no hay un cambio de un medio por otro, sino que simplemente deja de existir, por lo que en algunos países -como el caso de Venezuela y Nicaragua- solo quedan los medios oficiales y algún que otro medio que, desde fuera de sus fronteras, puedan exponer lo que sucede en esos países.
VOA era reconocida por su imparcialidad y fiabilidad en el contexto de medios públicos. ¿Cómo cree que su cierre afecta los valores democráticos, la libertad de expresión y los derechos humanos a través de los medios de comunicación en el espacio público global?
El cierre de VOA puede interpretarse como un debilitamiento de la infraestructura informativa necesaria para la rendición de cuentas y la participación ciudadana. Tal y como expliqué anteriormente, la clausura de este medio pone en riesgo el balance informativo mundial -no solo de América Latina-. Pero también hay que entender que VOA era uno de los pocos medios que informaba continuamente sobre temas de Derechos Humanos en la región y que servían de “presión”, incluso para gobiernos y entidades multilaterales, para evitar la legitimidad de ciertos gobiernos autocráticos. Además de todo esto, puede obstaculizar la lucha contra la impunidad.
¿Qué le recomienda a los periodistas que se han quedado en la calle tras el cierre de VOA, no sólo a nivel personal sino en la lucha por los valores democráticos, la libertad de expresión y los derechos humanos?
Elasticidad es la palabra. Pero no solo a mis colegas que han quedado en la calle, sino para todos, incluso los que siguen trabajando en medios. Vivimos en un contexto de cambios -automatización, IA, economía de la atención, etc.- por lo que el periodismo está mutando a otras fórmulas (pódcast, canales de YouTube, outsourcing de oficinas de prensa, etc.). Ahora mismo, en ninguna profesión, pero sobre todo en el periodismo, la estabilidad es la consigna. Como periodistas, aprender de storytelling digital, de branded content, de desarrollo de medios de nicho, de Inteligencia Artificial, de posicionamiento SEO y SXO, etc., puede darnos muchas salidas profesionales exitosas sin dejar de hacer nuestro trabajo: contar.
¿Y a quienes tenían en la VOA una referencia informativa: audiencia internacional, medios, periodistas, gobiernos, académicos y analistas?
Decirles que la clave está en la pluralidad. Toda verdad tiene muchos lados, y VOA contaba solo uno de ellos (como todos los medios). Hay que aprender a consumir medios, a contrastar, a entender las dinámicas precomunicativas y los intereses de todos los medios -políticos, económicos, sociales…-.
Seguiremos Informando…
