La Junta General de Accionistas de Prisa celebrada este miércoles ha estado marcada por un ambiente de tensión ante las recientes disputas internas en el accionariado. Joseph Oughourlian, presidente del grupo, ha hecho un llamamiento a la unidad, instando a los accionistas afines a la Moncloa a cesar los “ataques” y a centrarse en el futuro de la compañía.
En su discurso, Oughourlian ha reconocido la existencia de un “elefante en la habitación”, en referencia al conflicto surgido tras el rechazo por parte del Consejo de Administración al proyecto de televisión conocido como Tele-Pedro, que acabó con los ceses de Carlos Núñez, José Miguel Contreras y Fran Llorente.
Esta decisión, tomada hace tres meses, desencadenó críticas y movimientos por parte de los accionistas díscolos, cuyo objetivo era sacar al inversor francés de Prisa. “Este grupo no es un juguete. No podemos distraernos con batallas internas”, ha afirmado con contundencia el presidente, quien ha asegurado haber dudado si abordar directamente la cuestión durante la junta.
Finalmente, ha optado por “tender la mano” a los accionistas que cuestionan la integridad de la compañía, apelando a sus “intereses legítimos” en Prisa. Oughourlian ha defendido su gestión al frente del grupo desde su llegada a la presidencia, insistiendo en que su único objetivo ha sido el beneficio de todos los accionistas, empleados y acreedores.
El presidente también ha destacado las perspectivas de crecimiento que se abren tras la reciente refinanciación de la deuda del grupo. En este sentido, ha anunciado la presentación de un nuevo plan estratégico después del verano, con el objetivo de dejar atrás las “guerras intestinas sin sentido” y centrarse en los proyectos y el futuro “brillante” de Prisa.
En otro momento de su intervención, Oughourlian ha respondido a los recientes rumores sobre una posible venta de Santillana, la división de educación del grupo, afirmando con rotundidad que “Santillana no se vende ni se trocea” y que representa una parte “irrenunciable” del grupo, aportando el 70% del EBITDA.
Aunque no se han producido votaciones significativas sobre cambios en el Consejo de Administración, la tensión latente entre los diferentes bloques de accionistas ha sido palpable durante toda la jornada. Se espera que en los próximos meses se sigan produciendo movimientos y negociaciones para definir el futuro del accionariado y la dirección estratégica del Grupo Prisa.
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