Nadie sabe muy bien qué hace Luis Enríquez, exconsejero delegado de Vocento, en El Confidencial. Pero, al menos, sí hay conocimiento de que aprovecha el medio de Totoyo Sánchez que dirige Nacho Cardero para reivindicarse a sí mismo. Así, al menos, lo han valorado diversas fuentes en su antigua casa y en el propio digital en el que se encuentra actualmente.
En ambos lugares no entienden muy bien a qué responde esa salida de pata de banco y que se haya tolerado que entre en confrontación directa con Vocento. Enríquez, que en los últimos tiempos se ha puesto literario, publicó una “Carta de amor al Séptimo de Caballería (de Gerry Owen a Relevo)”, en la que se reivindicaba como ‘cerebro’ de la idea de montar un digital deportivo propio tras no haber podido hacerse con el Marca de Unidad Editorial.
Según Enríquez, la idea le vino en el vuelo que le traía a España tras la negociación fallida y allí mismo se puso manos a la obra, recurriendo a ‘Oscarín’, o sea, Óscar López Campillo para ponerse al frente de la redacción.
A continuación, y tras desgranar los múltiples méritos del proyecto y de sus integrantes, Enríquez llega a la parte más difícil: la de explicar porqué los motivos por los que no cuajó a pesar de haber sido aplaudido por todos los gurús del periodismo digital.
Sobre esa parte, el exconsejero delegado de Vocento prefiere ir directo a denunciar que “desde el anuncio del cierre, en cuyos motivos no voy a entrar por razones obvias, muchos mezquinos, algunos habituales y otros inesperados, algunos externos y otros internos, se han alegrado y han pasado al cobro sus pronósticos de fracaso”.
Todo esto ha generado mal rollo en Vocento, porque el denunciador de “mezquinos” ha despachado su actuación alegando que dotó al digital de los medios necesarios para su desarrollo. Y ya. El asunto ha caído mal en ciertos despachos del grupo editorial, donde, como apuntan con sorna aludiendo al nombre con que le habría hecho referencia Campillo, “Luisito hubiera estado mejor callado a la vista de cómo dejó Vocento”.
Otros apuntan a que Enríquez no debería haber entrado en la cuestión, pues hay quienes creen que no tocaba meter la cuchara en un guiso indigesto como ese. “Seguro que Luis no se marchó del grupo con las mismas condiciones que los redactores de Relevo”, señalan.
También aluden a que ha dejado a los pies de los caballos a ‘Oscarín’ Campillo: “Hay elogios que, en ciertos momentos, hacen más daño que otra cosa”. Precisamente la elección de Campillo como director de Relevo siempre fue una de las cuestiones que más llamaron la atención en el sector.
Y es que quienes sirvieron a sus órdenes en Marca todavía recuerdan algunas de sus andanzas para despiporre del personal, pese a haberse adjudicado la vitola, gracias a ello, de experto en periodismo deportivo.
Además, tampoco se comprende que Totoyo haya autorizado la publicación de una tribuna como esa, que claramente iba a escocer en Vocento. Fuentes conocedoras del funcionamiento interno aluden a que el antiguo directivo de la Telefónica de Villalonga mantiene un “enamoramiento” profesional con el exCEO de Vocento.
“A Totoyo, como ya explicó en su momento Jesús Cacho, le deslumbran gentes que tienen una formación y una labia de la que él carece”, explican. Ni siquiera en El Confidencial el grueso de la plantilla sabe muy bien a qué se dedica Enríquez como ‘senior advisor’, aunque supuestamente su tarea sería la apertura de nuevos nichos de mercado.
Sí parece que su posición ha influido para recoger a Juan Fernández Miranda tras su salida de ABC, producida tras un ultimátum de su director, Julián Quirós. Un fichaje, por cierto, cuyo anuncio fue considerado humillante al señalar que el nuevo adjunto al director estaría “bajo la tutela del subdirector del área”.
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